Finalmente el día de ayer se celebró la reunión de política monetaria en la cual el Banco de México decidió reducir la tasa de interés de referencia en un cuarto de punto, para dejarla en 7.5 por ciento; con esta baja suman tres a lo largo de este año, ya que al inicio la tasa de referencia era de 8.25 por ciento; los movimientos realizados por este organismo han ido en total simetría con las bajas en la tasa de interés de EU, que ha dictado la Reserva Federal.
Es interesante observar que de los cinco miembros que forman el Consejo en Banco de México, para decidir el futuro de las tasas de interés dos hayan votado en contra; los nombres de estos dos consejeros los sabremos cuando salgan las minutas de la reunión que se llevó a cabo el día de ayer en el banco central.
Me quiero imaginar que quienes votaron a favor de una baja de 50 puntos fueron los subgobernadores designados por el actual Presidente de la República; la decisión del Banco de México no fue fácil, toda vez que hay muchos grupos económicos que presionaban al instituto central para que la baja fuera de 50 puntos base.
La razón esgrimida es que la empantanada economía mexicana requiere una tasa de interés más baja para operar en forma más eficiente, lo cual, desde mi óptica, es una premisa falsa.
Nuestra maltrecha economía no crece porque no hay confianza, no hay certidumbre, existe ausencia de estado de derecho, que son elementos fundamentales para generar inversión y, por supuesto, lo más importante es que el gobierno hoy no ha sido capaz de garantizar que no existan actos violentos contra la ciudadanía en lo general, por lo tanto el estancamiento actual no es producto de tener una alta tasa de interés, por supuesto si esta fuera más baja ayudaría en algo, pero muy poco al final de cuentas.
Haber bajado 50 puntos base habría puesto en peligro mucha de la estabilidad que hemos logrado, porque aunque en México no hay crecimiento, paradójicamente sí hay estabilidad, y una de las anclas de ésta es la alta tasa de interés que hace atractiva nuestra moneda con respecto a otras.
Bajar 50 puntos hubiera significado desperdiciar municiones para hacerle frente a eventos que no nos favorecen y que desafortunadamente se pueden presentar; eventos tales como una desaceleración pronunciada de la economía de Estados Unidos o el que las calificadoras degraden la calidad de la deuda del gobierno federal, o cualquier otra causa que surgiera para debilitar nuestra moneda.
En la medida en que la tasa de interés en México sea más atractiva, se protege que el capital se mantenga en lo interno y no busque irse del país.
¡El Banco de México se merece una felicitación por la magnífica decisión que tomó!
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