Los mercados financieros le temen a muchas cosas, pero sobre todo a la incertidumbre, de tal forma que todos esos temas que son por naturaleza difíciles de pronosticar afectan negativamente el sentimiento de los mercados financieros.
Hoy, entre muchos otros, tenemos dos asuntos —que me parece son los más relevantes— que están influyendo en las correcciones que han sufrido las principales bolsas del mundo, en los incrementos de las tasas de interés de las deudas soberanas y también en el valor de las monedas. Estos dos elementos son: la pandemia con la variante ómicron y las posibles alzas en las tasas de interés que se proyectan como principal medida para atenuar la inflación que a todas luces se ha incrementado alrededor del mundo.
En lo que se refiere a ómicron, nunca en la historia de la humanidad se habían presentado olas de infecciones como las que estamos viviendo; según cálculos de los especialistas, se están contagiando alrededor de 40 millones de seres humanos por día —lo cual es 10 veces mayor que las cifras oficiales—, y los efectos que esto puede producir en las economías aún es incierto, y por eso el tema genera mucha incertidumbre.
Si nos referimos a la inflación, queda claro que todavía no sabemos a ciencia cierta si realmente es un fenómeno transitorio; si así fuera, cuánto tiempo tomará esa transitoriedad. El tema se complica debido a que nadie sabe cuál es el nivel restrictivo que debe imponer la política monetaria para dominar el fenómeno inflacionario; en otras palabras, nadie sabe con exactitud cuándo y cuánto incrementará la Reserva Federal las tasas de interés, y me refiero a la Fed porque lo que ahí se decida tendrá repercusiones globales.
Así las cosas, este principio de año está siendo particularmente difícil de sortear, pero la buena noticia es que en los dos temas existen esperanzas razonables de solución. Si vemos lo que ómicron hizo en Sudáfrica, lo que creció, en cuánto tiempo y cómo al día de hoy se está debilitando, podemos suponer que lo mismo sucederá en el resto del mundo; con esta lógica, EU y los países de la eurozona verán declinar las afectaciones de ómicron sensiblemente para finales del mes de febrero, y en el caso de México, Brasil etc., podremos observar disminuciones importantes a finales de marzo; claro, todo lo anterior no está exento de riesgos.
Por lo que se refiere al crecimiento de las tasas de interés y la Inflación, el tema es más complicado, ya que este fenómeno tenderá a reducirse, pero no de forma inmediata; es posible que sigamos viendo incrementos en los primeros meses del año, lo importante es que si existen, cada vez sean menores. Además la inflación empezará a declinar más temprano en Estados Unidos que en México. Los riesgos en este terreno son grandes porque el precio del petróleo puede jugar un papel negativo si sigue subiendo, y su precio futuro también depende de muchos factores, incluidos los geopolíticos, como el conflicto que hay entre Rusia y Ucrania.
Quiero terminar este artículo con un toque de optimismo, porque creo que lo que estamos viviendo en este inicio de año es coyuntural y poco a poco sabremos, con menor incertidumbre, hacia dónde vamos.
Manuel Somoza