Urge hacer algo. Cada temporal en años recientes ha cobrado la vida de jaliscienses arrastrados por corrientes de agua a causa de las lluvias. Ocurre igual en la Zona Metropolitana de Guadalajara que en municipios alejados de la gran ciudad. Y ocurre usualmente a personas a bordo de vehículos de motor.
Cada vida es preciosa y cada vida debe cuidarse a fondo.
En 2021 un hombre murió ahogado en su camioneta al quedarse atorado en el paso a desnivel de Héroes de Nacozari y Washington, y ese mismo año una joven fue arrastrada con todo y camioneta por las aguas del Río Cuale, en Puerto Vallarta, y su cuerpo nunca fue encontrado.
El año pasado tuvimos tres víctimas mortales en casos parecidos: un hombre en moto en el arroyo La Culebra, en Tlajomulco; un hombre de 80 años y su enfermera en el paso a desnivel de Periférico y avenida Central; y otro hombre cuyo auto fue arrastrado por la corriente en Periférico y Malecón, en Tonalá. Y este año hemos vivido asuntos similares, incluyendo el caso de la chica que por desgracia fue localizada ayer muerta en un canal.
Evitar estas muertes implica tres cosas, a mi juicio:
1.- Crear conciencia en los ciudadanos. Por supuesto que todos sabemos que existen riesgos en la vida cotidiana, pero esos riesgos aumentan de manera exponencial cuando hay una lluvia torrencial. Una campaña seria, bien pensada, por parte del gobierno tendría que comenzar a prepararse ya para el año 2025. Una campaña que incluya desde medios de comunicación, hasta charlas en universidades y escuelas.
2.- Tener un plan de prevención que se active de inmediato cuando hay lluvias fuertes. Bomberos, policías, agentes viales deberían ser organizados para acudir a los sitios de riesgo en cuanto se detecte una tormenta. Gobierno y universidad tienen los instrumentos para saber con antelación dónde lloverá.
3.- Instalar plumas de control de paso para evitar el paso de vehículos en zonas de riesgo. Esas plumas deben ser manuales, y operadas por vecinos de la zona de riesgo. Si quienes conocen el lugar ven que el agua ya cobró fuerza, ellos mismos deberían bajar las plumas y no levantarlas hasta que se conjure el peligro.
