Después de las terribles experiencias que hemos tenido con los terremotos de 1985 y 2017, la llegada de septiembre nos remueve los recuerdos y nos alerta sobre los riesgos a los que nos exponemos viviendo en territorio sísmico. La mayoría de los que habitamos Ciudad de México tenemos temor de que la fecha empate con un temblor de igual magnitud y es solo cuando se realizan simulacros para que las reacciones colectivas sean efectivas.
Ahora contamos con una herramienta clave que hasta hace un año era de uso exclusivo del gobierno: el Atlas de Riesgos. Esta herramienta nos permite identificar cualquier construcción en la ciudad y ver los riesgos que hay 500 metros a la redonda: fallas, grietas, cableado, gasolineras. Para aprender a utilizarla, Ruta Cívica ha creado un tutorial que nos ayuda a hacer la consulta. Los datos son claves para elaborar nuestro plan de protección civil. Sin embargo, no tenemos a la vista todos los edificios, su dictamen y tipo de daño para conocer cuáles podrían derrumbarse en un nuevo sismo.
En Ciudad de México se han levantado dictámenes oficiales que básicamente integran fichas sobre daño que emite el Instituto de Seguridad de las Construcciones junto con un corresponsable de seguridad estructural y ambos tienen facultades para determinar el tipo de daño. En la administración pasada, esa base de datos era un caos distribuido en diferentes plataformas. Ahora, a partir de la llegada de Claudia Sheinbaum, se levantó un censo más completo sobre las familias que habitan espacios dañados. Ese censo y las cifras se hicieron públicas en su momento, pero no puede consultarse en la plataforma de reconstrucción.
Como lo señala Mónica Tapia, directora de Ruta Cívica y coordinadora de Ciudadanía19s, “El hecho de que haya inmuebles dañados que se estén remodelando con recursos privados y que por lo tanto no están en el portal de reconstrucción, hace imposible conocer sus dictámenes. Hemos insistido en que la base del censo que tiene la Comisión de Reconstrucción se incorpore lo antes posible al Atlas de Riesgos. Por ello solicitamos a Myriam Urzúa Venegas, secretaria de Gestión Integral de Riesgos, y a César Cravioto Romero, comisionado para la Reconstrucción, que todos los edificios dañados y sus dictámenes sean integrados al Atlas de Riesgos. Pero por alguna razón que no sabemos si es burocrática o política, la Comisión no ha hecho entrega de esta información a la Secretaría de Riesgos”.
Hay inmuebles con daños que podrían resultar atractivos a la vista una vez que el gobierno los venda o los rente, como el edificio que ocupaba el Sistema Nacional de Empleo, que sigue de pie y se vende como terreno. Otro ejemplo es el edificio de Marsella 24, en la colonia Juárez, propiedad privada, en el que hay departamentos en renta a pesar de que presenta grietas y hundimiento, si usted quisiera conocer el estado de ese inmueble, hoy en día es imposible.
Por lo pronto, para estar mejor informados consultemos el Atlas de Riesgos y exijamos que no se termine el mes de septiembre sin que se le integre una lista completa de edificios, su dictamen y el tipo de daño.
@maiteazuela