¿Qué tipo de amistades tenemos en la vida? La reflexión de hoy está a cargo de mi querido alumno Diego Rodríguez Sanromán quien se encuentra cursando la Licenciatura en Comunicación Digital en la UNE.
“Seguramente en algún momento de tu vida te has preguntado: ¿Quién soy? Esta simple pregunta -que para muchos parecería ‘tonta’- será importante responderla para resolver también algo de nuestra existencia.
¿Realmente nos conocemos? Todos merecemos a alguien que esté a nuestro lado en los momentos más difíciles y justamente porque me conozco sé que soy esa persona para los demás: la que siempre está.
Quizás otros sienten que son personas que siempre escuchan, o que saben qué decirle a los demás; pero irónicamente nadie se enfoca en sí mismo, en la persona que más necesita apoyo: esa persona eres tú.
La persona que necesitas amar eres tú, la persona que siempre estará ahí para ti eres tú; como ser humano y, en mi particular punto de vista, considero que la forma de hacer amistades de esta nueva generación es un poco pobre.
Ya que no existen en la realidad muchas de las amistades que tenemos. ¿Por qué? Porque esas amistades no están 100 por ciento presentes, en realidad las tenemos en algún dispositivo siempre.
¿Dónde está esa presencia? El verdadero valor de la amistad. Hace falta reírnos frente a los amigos, vernos, pero muchas veces no es así. Creo que para conocer esa otra parte de nosotros necesitamos amistades verdaderas, que escuchen y que realmente quieran pasar un momento con nosotros a pesar de todo.
He aprendido que con el paso del tiempo todo cambia: A veces nos distanciamos, algunos porque encuentran a la persona que los hace felices, porque deciden hacer otro grupo de amistades, y un pequeño porcentaje simplemente se va sin decir adiós.
Se van y no los volvemos a ver; pero si algo hay que aprender de todos ellos es que si realmente están destinados para ser nuestros amigos en algún momento regresarán a nuestras vida. Si algo aprendí de mi familia son los valores, en cumplir mis metas y luchar por mis sueños.
Agradezco a los que siempre estuvieron, los que están ahí para ayudarme e incluso a los que se fueron y me hicieron mucho más fuerte.