Revisaba unos textos súper interesantes respecto de la conexión neuronal y los efectos que ocurren dentro de nuestro cuerpo; dichos datos han sido contundentes en un estudio.
En estos días me encontré con una entrevista al Dr. Eduardo Calixto y donde la clave es “hablarse bien a sí mismo”.
¿Cuántas veces nos hemos detenido a pensar acerca de esto? ¿Cuántas veces no nos echamos para abajo a nosotros mismos? ¿Cuántas veces no nos hemos insultado porque no hicimos bien algo? ¿Cuántas veces el sufrir una derrota hace que nos agredamos?
“El ser amable y hablarnos con amor a nosotros mismos es, sin duda, clave para seguir adelante: En dicho estudio se dice que dirigiendo un fraseo de cinco a 15 minutos hablándonos frente al espejo, los niveles de serotonina y dopamina empiezan a aumentar”.
Además se dice que, cuando alguien tiene una depresión, los psicólogos refieren que debemos empezar a hablarnos de forma amable.
El poder hablarnos como si fuéramos una persona ajena nos entrega un punto esencial para que cambiemos de manera positiva y sigamos adelante.
Ahora bien, dentro de este punto se toma un dato aún más curioso que es: ¿Qué pasó en tu vida entre los siete y los 14 años? Una etapa crítica.
En este experimento se demuestra que: “Somos una especie que en esta edad conectamos las redes neuronales que de adultos vamos a utilizar. Las neuronas que nos hacen decir las cosas, proyectarnos y de conectar se desarrollan en esta etapa”.
Es ahí cuando, incluso, el síndrome del impostor puede llegar a quitarnos muchas oportunidades; si no nos hablamos de manera amable, todo nuestro rumbo puede cambiar.
¿Qué es lo que nos afecta esto a futuro? La interpretación, memoria y aprendizaje, de conducta y proyección de vida.
Creo que todos en algún momento de nuestra vida nos hemos hecho la misma pregunta: “¿Por qué soy así?”
Ahora bien, ¿se puede cambiar? Según este médico, está claro que se puede, pero debe trabajarse a fondo.
Muchas veces pensamos que tenemos algo más, que estamos mal de por vida y que no podemos cambiar; sin embargo, no todo está perdido, ni en la vida, ni con las cosas que queremos cambiar para continuar viviendo de manera positiva.