Dicen que el prometer no empobrece, por lo que los candidatos a presidentes municipales, diputados locales, legisladores federales y senadores, tanto en Coahuila como en Durango, se han dedicado a bajarles el sol, la luna y las estrellas a los ciudadanos. En sus campañas, de pronto los contendientes se dan baños de pueblo, llegan a los hogares previamente visitados por el equipo de avanzada, para sostener una pequeña reunión, darles el abrazo falso a los habitantes y prometerles que la colonia tendrá vigilancia personal las 24 horas del día, los 365 los días del año. Además, todos los candidatos, saben que sus campañas son de promesas, las cuales difícil podrán lograr, por lo que los habitantes a los que visitan, les dicen que su sector habitacional no volverá a sufrir de la falta de agua, también, que los camiones recolectores de basura pasarán todos los días. Además, entre las promesas no faltan aquellas en las que quienes buscan un cargo de elección popular, prometen que habrán de pavimentar toda la colonia, que le darán mantenimiento a las banquetas y cuidarán los árboles que se encuentran en los camellones. Es curioso ver como Shamir Fernández, bien peinado, con la barba de candado y con una mirada de perdona vidas, acude los diferentes sectores habitacionales, en donde su equipo de avanzada ya le tiene concertadas varias reuniones, por lo que ya con la práctica de muchos años, se dedica a dar “atole con el dedo” y más ahora que está con los de la Cuarta Transformación. Román Alberto Cepeda, alcalde en funciones y quien busca reelegirse, está aprovechando las tardes para recorrer el municipio, para hablar con los habitantes y decirles que sigue trabajando por Torreón, que ha cumplido en el 90 por ciento de los compromisos que hizo hace poco más de dos años. Ahora, con el control del municipio y con el apoyo de la militancia priísta, así como de los pocos perredistas y no se diga de los miembros de la UDC, logra juntar un buen número de personas que lo acompañan en sus actos de campaña, los cuales son bien organizados por sus colaboradores. Y es que no es que los colonos vayan con gusto a escuchar sus peroratas, sus promesas de campaña, sino que toda esa gente es la que está amarrada por los líderes de los partidos. En fin, llega la época de elecciones y con ella las mismas promesas de campaña.
No serán más pobres
- Vida cotidiana
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Luis Walter Juárez
Laguna /