El mes de mayo, conocido por sus días soleados y su belleza primaveral, tiene un origen fascinante que se remonta a la antigüedad.
En el calendario romano, mayo estaba dedicado a la diosa romana Maia, considerada la personificación del crecimiento de la vegetación. Maia la madre de Mercurio, el mensajero de los dioses, se asocia con la fertilidad y renacimiento.
En el mes de mayo se está plenamente en la temporada primaveral.
Es conocido como uno de los meses más importantes para el sector agrícola, pues las características climáticas de este mes proveen al campo de los medios adecuados para que gran variedad de cultivos se propaguen y desarrollen.
Se reconoce el mes con dichos agrícolas como “Mayo caliente y lluvioso, ofrece bienes copiosos” o “Agua de mayo, es el bien deseado” por estas características, las cuales indican cómo las cálidas temperaturas junto con las lluvias primaverales mantienen el campo vivo y productivo.
Las cálidas temperaturas y las precipitaciones ocasionales hacen que la tierra tenga la condición óptima para el desarrollo de semillas esparcidas por las brisas primaverales, lo cual es parte del ciclo natural de las estaciones del año.
En mayo celebramos, entre otras cosas, el trabajo, a las madres y a los maestros.
Pero también es un mes para mirarnos a nosotros mismos y renovar nuestras actitudes.
Nuestra vida, es reflejo de un pasado arraigado en nosotros, las experiencias que vivimos, nos hicieron pensar que así era la vida.
Lo que vimos en nuestro entorno, nuestra sociedad y los acontecimientos, fueron la influencia que nos dio un patrón determinado de pensamientos.
Nuestros padres fueron la fuente de creación de nuestro patrón de creencias.
Si tuvimos la suerte de haber vivido en un hogar lleno de amor, de unión habrá poco que restaurar.
Pero si pertenecimos a una familia agresiva, que nos repitió incontables veces "Eres un inútil" "Nadie se va a fijar en ti" "El éxito es para los ricos" etc., entonces nos daremos cuenta, que una gran lista de estas ideas limitantes está construyendo nuestra realidad actual y que además tenemos que luchar contra una gran dosis de resentimiento, culpa y rencor, no sólo hacia la familia, sino también hacia nosotros mismos y hacia el mundo entero.
Por ello los días de mayo, nos invitan a reconocer nuestro propio poder y nuestras capacidades que son el camino para elegir el modo de vida que queremos.
El amor hacia uno mismo es parte fundamental en este proceso de cambio y renovación. Habrá que renovar el amor por uno mismo, aprovechando los días primaverales de este mes de mayo.