Política

A la carrera por Nuevo León

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Será una de las elecciones de gobernador más interesantes este año. Por Nuevo León mismo, sí, pero sobre todo por lo que ahí ha pasado en términos electorales. No hay que olvidar que en 2015 surgió en ese estado el primer gobierno independiente del país, que buscaba sacudir a los partidos políticos.

Por fin se completó el cuadro. Está conformado por una alianza encabezada por Morena, otra formada por el PRI y el PRD y por dos partidos que van solos: Movimiento Ciudadano y PAN. Estas son sus apuestas:

Clara Luz Flores irá por la coalición Morena, PT, PVEM y Panal. Termina un tercer período como alcaldesa de Escobedo, en la zona metropolitana de Monterrey. Jugó un papel sobresaliente en seguridad y prevención del delito mediante instrumentos como Justicia Cívica y Policía de Proximidad. Renunció al PRI, va a hacer un año, cuando vio que ahí no podría ser candidata a gobernar el estado. Entonces se acercó a Morena. Le ayudó su esposo, Abel Guerra, un experimentado (y cuestionado) priista local que no ha renunciado a su militancia. El PAN la invitó también a que fuera su candidata. Ella se decidió por el partido del presidente y ahora compite como favorita, aunque alejada de las fuerzas morenistas locales, opuestas a su nombramiento.

Samuel García, senador por MC, construye desde hace más de dos años su candidatura. Las redes sociales han sido su trampolín y su trampa, en la que varias veces ha quedado atrapado. Basó su aspiración en dos oposiciones: contra el Bronco, mediante la denuncia por uso electoral de recursos públicos en su aventura presidencial, y contra AMLO, reviviendo un movimiento anti pacto fiscal y alegando que su estado merece un presupuesto mucho mayor, dadas sus aportaciones. Ha sufrido varios intentos de descarrilamiento por parte de grupos de Nuevo León. El último provino del interior de su partido, cuando se topó con que Luis Donaldo Colosio también quería ser el candidato a gobernador.

Adrián de la Garza, alcalde priista (con licencia) de Monterrey, batalló en 2018 para reelegirse: denunció al PAN por irregularidades y logró que los tribunales convocaran a una segunda elección. Su fuerte es la seguridad pública y su orgullo es el C4 del municipio. Su trayectoria en la Procuraduría estatal bajo el gobierno de Rodrigo Medina lo convierte en un funcionario respetado desde todas las miradas políticas. Ser parte del medinismo lo puso en la ruta de la gubernatura. Sin embargo, es también su lastre: su designación, largamente anunciada, provocó una desbandada en el PRI.

De último momento llegó Fernando Larrazabal. Apareció en la chistera de los dirigentes panistas después de que invirtieron sin éxito un año en busca de un candidato externo que pudiera, a sus ojos, dar al partido una nueva visibilidad. Ausente en la política y el PAN desde hace casi nueve años tras una serie de escándalos al final de su administración en Monterrey, Larrazabal ganó el domingo la elección interna. Ahora deberá terminar de resucitar y hacerse reconocer sobre lo conocido.

Seis años después de la sacudida independiente, los partidos no cambiaron. Y por lo que se ve, los independientes tampoco: hasta ahora ninguno ha levantado ni la mitad de polvo que el Bronco.

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Luis Petersen Farah
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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