¿Sabía que AMLO tiene un Pepe Grillo que sin traicionarlo le da sus cucharadas de sentido común aterrizado?
Disiente de él, cuando es pertinente; es incómodo por sus preguntas; rescata la dimensión humana del poder con un ánimo institucional y democrático; cuestiona las verdades establecidas por la 4aT y piensa con visión de largo aliento.
Su erudición intelectual y política es tal que los clones de la 4aT le temen y huyen.
A raíz del Decálogo de AMLO para “la nueva normalidad”, este Pepe Grillo introduce su cuestionamiento con elegancia: “leí con respeto las declaraciones que formuló el presidente de la República sobre la conducta que debemos asumir frente a la pandemia”.
Pero de inmediato, le recuerda que la salud de los mexicanos es un asunto de Estado, no de urgencias personales de corte electoral: “coincido en que llegó al poder con el ‘apoyo de las mayorías’, pero este no es un asunto electoral o de consulta pública”.
Y le interroga: ¿cómo salir cuando las cifras no son confiables y estamos en la cresta más alta de la curva?: “ciertamente lo fundamental es que ‘no se dispare el contagio’; pero no en que ‘ya se domó la pandemia’.
Las investigaciones científicas nos colocan en el punto más alto de contagios junto con India, Brasil y otros países de América Latina”.
Para luego señalar la irresponsabilidad de AMLO al abandonar a los mexicanos a
“rascarse con sus propias uñas” y evitar su responsabilidad como gobernante: “usted nos invita a ‘recobrar nuestra libertad’, aunque estimo que no la hemos perdido, sino que debemos ejercerla con responsabilidad, solidaridad y en acatamiento a las normas establecidas.
Y ‘actuar con criterio’, pero no el nuestro sino el de las autoridades competentes”.
Finalmente, hace un llamado al AMLO acelerado: “el exhorto a ‘no quedarnos inmovilizados en nuestras casas’ parece prematuro, ya que los médicos aconsejan lo contrario.
No salir en lo posible de los domicilios y cuidar en esa fase a los más vulnerables: los niños”.
¿Sabe usted quién es ese Pepe Grillo? Porfirio Muñoz Ledo.