¿Qué dirán los libros de historia sobre la 4T en 2036?
1. La 4T desnudó las contradicciones de clase, etnia y género -en un país tan desigual y patriarcal como el nuestro; pero en lugar de edificar puentes para su reconciliación, las utilizó para polarizar el país y mantenerse en el poder.
México no se repone todavía de esa profunda división entre mexicanos.
2. La 4T impulsó 11 programas sociales de calado intergeneracional entre clases y grupos necesitados; pero más allá de la transferencia económica directa o el beneficio del programa social, no atacó -de manera integral- las raíces de la pobreza y mucho menos, empoderó a dichas clases y grupos.
La pobreza -en sus distintas dimensiones (ingreso, rezago educativo, acceso a la salud, alimentación y seguridad social, etcétera)- creció de manera significativa en ese sexenio.
3. La 4T pretendió borrar -con su narrativa y en los hechos- la categoría “ciudadanía” para reducirla a “pueblo”.
Tres fueron sus estrategias:
(1) buscó eliminar la democracia representativa -ligada a un sistema de partidos políticos- para establecer una democracia directa, sin intermediación de partidos- a través de consultas públicas -vinculatorias- con “el pueblo”.
(2) Atacó de manera sistemática las organizaciones de la sociedad civil, despreció sus logros y las desprestigió tachándolas de instrumento de la mafia en el poder y de servir a intereses intervencionistas extranjeros.
(3) Intentó destruir a los organismos públicos autónomos -o contrapesos ciudadanizados al poder presidencial- como el INE, el INAI, la CNDH, el INEGI, el CONEVAL, el IFT, etcétera.
Finalmente, la 4T fusionó una democracia representativa -en unos casos- y una directa -y vinculatoria- en otros.
La fuerza ciudadana mantuvo su capacidad crítica, pero con menor incidencia en el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas gubernamentales.
Y la mayoría de los organismos públicos autónomos fueron integrados a secretarías de Estado.
(Continuará).