¿Qué ocurre cuando la violencia ya crónica está instalada al interior del cuerpo social y no encuentra sanación alguna?
La violencia contra uno mismo crece: suicidios y adicciones. La violencia familiar aumenta: violencia intradoméstica y abusos sexuales al interior de la familia.
La violencia entre vecinos y contra la policía sube.
La violencia escolar se estira: bullying, entre maestros y estudiantes y entre estudiantes. La violencia de género se expande: acoso, violación y feminicidio.
La violencia en el entorno laboral se acrecienta. La violencia en los espacios públicos se agranda: en los espectáculos deportivos, en la conducción automovilística, por ejemplo.
De 2014 a 2020, esta violencia crónica persistió sin alternativa de sanación; para empeorar la situación, de finales de 2020 a 2023 estuvo la Pandemia COVID-19, que puso sal en las cicatrices todavía abiertas de las heridas emocionales infligidas por la violenta confrontación entre Estado y crimen organizado en Coahuila.
Entonces, durante y después de la pandemia, la violencia crónica se generalizó. ¿Conocemos, en detalle, cómo ocurrió? Tampoco.
Empero, de manera general, los siguientes indicadores se fueron a la alza: suicidios y adicciones; peleas intradomésticas; abusos sexuales entre familiares; confrontaciones entre vecinos o éstos y la policía; bullying y/o acoso escolar, peleas entre estudiantes o entre éstos y maestros; acoso, violaciones y feminicidios; acoso y maltrato de los trabajadores en el ámbito laboral; peleas entre aficionados al fútbol, entre asistentes a un bar o antro y agresividad exaltada al conducir un vehículo, etcétera.
¿Cuál es el camino a seguir? Diagnosticar el fenómeno de la salud mental en su dimensión sistémica e integral. Plantear, en base a experiencias exitosas, en países de Centro y Sudamérica, alternativas de sanación emocional a nuestras cicatrices abiertas de 2007 a la fecha.
E institucionalizar el cuidado y la atención a la salud mental de los coahuilenses.
El gobernador Manolo Jiménez ya apuntó en esa dirección. Por el bien de todos, esperemos lo mejor.