¿Qué parió a los populismos variopintos en el mundo? El fracaso del neoliberalismo para sustentar una ecuación equilibrada entre democracia e igualdad social y económica.
¿Quién alimentó sus triunfos electorales en México, Brasil, Turquía, India y Hungría? Las clases medias y pobres, marginadas -históricamente- del modelo neoliberal.
¿Por qué los partidos políticos de oposición de esos países no fueron capaces de ofrecer una alternativa distinta a la populista? El sistema de partidos perdió -de manera progresiva- confianza, credibilidad y representatividad entre la ciudadanía.
Porque sus integrantes fueron funcionales -o cómplices- de la élite económica neoliberal. Y se sentaron con ellos, en la misma mesa, para disfrutar la bacanal de corrupción e impunidad.
Entonces, por qué el PRI, PAN y PRD despotrican contra el electorado que votó por Morena, cuando sus votantes sólo aspiraban a tener derecho a una esperanza -negada, pisoteada y enterrada – una y otra vez por la demagogia de esos 3 partidos políticos.
Esa es la razón por la cual ellos evitan hacerse una autocrítica que les permita -reinventarse- después del Tsunami de 2018.
Y optan, victimizados y desentendidos, por aullar y rasgarse las vestiduras.
Por ello, esos 3 partidos hoy, no saben qué hacer, más allá de recolectar votos colmados de miedo, amargura y resentimiento contra la 4T.
Son votos que cuentan, pero sin ofrecer un sentido de esperanza o trascendencia, más allá de parar en seco a Morena en 2022 (revocación de mandato) y en 2024 (elección presidencial).
O, ¿de cuáles alforjas sacarán la imaginación y credibilidad para atraer en 2024 las esperanzas de las clases populares y campesino-indígenas ya apropiadas por AMLO?
La primer y única suma de AMLO fue su oferta política de 2018: abatir la pobreza, acabar con la inseguridad y enterrar la corrupción e impunidad nutridas por la mafia en el poder. Y, con ello, fortalecer la esperanza de un México mayoritario, ávido y desesperado de ella.
(Continuará).