El Insabi no está instrumentado todavía.
El doctor Narro, a quien conozco desde hace mucho, fue director de la Facultad de Medicina de la UNAM, secretario general, rector y secretario de Salud de la nación. En todos los puestos se ha caracterizado por su honestidad acrisolada, creatividad y capacidad dialéctica para resolver conflictos, y por supuesto que es un experto en salud pública.
Ayer, invitado por la organización Vertebra, de Gilberto Marcos, dio una conferencia con más de 20 láminas, analizando que el Seguro Popular tenía defectos, pero funcionó para 53 millones de pobres y que había una reserva de 70 mil millones de pesos.
El Insabi, señaló con argumentos científicos, requerirá 350 mil millones de pesos, que no tiene y lo más triste es que no hay claridad, pues hay mucha confusión y pronostica que se tardará más de un año para completar sus programas y que al final no funcionará para todos, como está prometido, pues no tiene planeación.
Descartes: Pienso, luego existo… El doctor Narro es un mexicano excepcional. Quiso ser presidente, lo que hubiera integrado la ciencia a la política; al menos se debe escuchar su voz.