Esbozado en los entretelones de la literatura griega antigua (siglo VI a. de C.), hay un personaje del que aunque no se ha podido comprobar su existencia, al menos sí su supuesta autoría de numerosos y conocidos cuentos cortos que a través de 27 siglos han perdurado hasta nuestros días.
Se trata de Esopo, a quien se atribuye la creación del género literario de “La Fábula”, narración corta de ficción en la que Esopo hace hablar a zorros, leones, ratones y otros animales, quienes en su comportamiento reflejan las virtudes y vilezas humanas, para luego utilizando un lenguaje muy simple transmitir un mensaje o “moraleja” y generar en el lector u oyente, la reflexión y aprendizaje del premio o castigo que conlleva la práctica o no de ciertos valores bien definidos en el cuento.
Algo realmente valioso habrá en la producción de Esopo pues sus fábulas han sido adaptadas a numerosas obras de arte y a la cultura popular, siendo junto con las de Fedro lectura obligada en las universidades renacentistas.
Aunque “El pastor mentiroso” (o ¡Que viene el lobo!), no encaja con los rasgos de la fábula, es también atribuido a Esopo y no hace falta detallar aquí su conocida historia, pues “retrata” los tiempos que hoy vivimos por la manera en que la mentira y el engaño se han enseñoreado en casi todos los ámbitos de nuestra vida diaria.
Política, medios informativos, religión, educación y aún en conversaciones amistosas o triviales, por no mencionar los controversiales espacios de las redes sociales, son hoy territorio infestado por embusteros enfermos de protagonismo que no dudan en aseverar cualquier cosa con tal de opinar.
No importa la confirmación del conocimiento ni la fundamentación de la información.
Hoy, para afirmar cualquier cosa y repetirlo como el perico que habla pero no entiende lo que dice, basta con “haberlo leído, escuchado o visto” en cualquier medio, para así otorgarle categoría de “verdadero”.
Esto ha traído como consecuencia una desconfianza generalizada donde aplica exacta la moraleja del pastor de Esopo: "En boca de un mentiroso, lo cierto se hace dudoso".