La necesidad de quedarnos en casa provocada por la pandemia del covid-19 ha generado muchas situaciones inéditas, y que están poniendo en perspectiva el panorama de cómo sera el mundo una vez que hayamos transitado hacia una total transformación digital.
Muchas empresas hoy ya se cuestionan la necesidad de construir o rentar grandes espacios para oficinas, al percatarse que mucho del trabajo requerido, los empleados lo pueden hacer desde su casa, y esto, forzados el día de hoy por la contingencia. Una de las consecuencias positivas de todo esto, es que estamos aprendiendo de la manera más difícil, que podemos crear nuevos modelos de sociedad, en donde los excesos que hemos generado por siglos, respecto de nuestros hábitos, pueden transformarse y mejorar las condiciones de vida de todos.
Ya hay cuestionamientos muy serios, sobre todo en las grandes urbes con gran concentración de población, que las condiciones de vida y el medio ambiente ha mejorado muchísimo, al disminuir el tráfico y la enorme movilidad de personas.
Muchas familias salieron de estas grandes urbes a sus casas de recreo en el campo o a visitar familiares en pequeñas ciudades, y en este ejercicio están redescubriendo la calidad de vida que nos hemos negado, por la prisa injustificada de la vorágine de vida que nos hemos autoimpuesto.
La nueva generación de jóvenes ya no tiene grandes anhelos de comprar un coche o una casa, cuestionan el tráfico absurdo y la contaminación que este genera, disfrutan compartir espacios abiertos para llevar a cabo sus actividades y están creando ecosistemas totalmente diferentes a los que por años hemos venido construyendo en aras de la modernidad.
¿Qué va a pasar con las grandes urbes, si de repente las nuevas generaciones deciden salirse a vivir en pequeñas granjas rurales, en comunidades autosustentables?
¿Estaremos viendo el final de un orden económico, que hoy evidencia su obsolescencia? Esta transformación digital se ha venido anunciando en los últimos años, y pensando que de manera gradual nos iríamos incorporando a ella, al parecer esta pandemia está forzando a la humanidad a un cambio brusco, para el cual de ninguna forma estamos preparados.
Basta constatar con el incremento de las videoconferencias la carencia de ancho de banda wifi. _