Hace semanas que la escasez de agua no se aparta de mi mente.
Cuando yo era niña recuerdo que en la primaria (quizá en primer o segundo grado) me enseñaron que el planeta era 70% agua, pero que solo el dos o tres por ciento era dulce, de la que se puede destinar para uso humano. A mí esa cifra me parecía lamentable y escandalosa. ¿Cómo que solo el 2% podemos usar para todo lo que necesitamos? ¡Era muy poca agua!
Pero mi maestra de primaria no parecía alarmada, tampoco el resto de mis compañeros y compañeras. Sería entonces, pensé, que no debía alarmarme yo tampoco. Seguramente las personas adultas que se encargan de las cosas importantes estaban haciendo cosas para administrar el agua. Seguramente se estaba priorizando lo esencial para la supervivencia humana y no se desperdiciaba en cosas irrelevantes.
Yo, de niña, fui muy ilusa y probablemente lo sigo siendo.
Hoy sé que, del agua dulce, la potable es solo el 0.007 del agua que existe en el planeta y que esa cifra disminuye año con año, claro, porque la usamos. Además, ahora las personas adultas somos nosotras.
En la colonia donde yo vivo casi no ha fallado el tandeo, eso sí, hablar de calidad es otra cosa. Cuando viví en la montaña de Guerrero a veces teníamos agua y a veces no, o la había, pero sucia y así la usábamos; algunos días prefería no bañarme con esa agua. Pero aprendí que, si quería agua, sería esa la disponible; así que en mi mente ya empecé a elaborar mi duelo del agua limpia.
Vivo cotidianamente racionando y ahorrando agua, y soy muy consciente del peligro que corremos porque se acerca el día cero, donde no tengamos agua. Cuando era niña y me dijeron que ese día podría suceder, no parecía una realidad o al menos no una que a mí me tocara vivir. En un año tan decisivo para las elecciones de los ayuntamientos, vale revisar las estrategias y propuestas que se hacen en torno al cuidado y la administración del agua, nos toca ser las personas responsables de las cosas importantes y vigilar también que las instituciones hagan lo que está en sus facultades igual de importantes.