¿La bocanada de calor nos dará una tregua? El motor del abanico, la cortina que se mueve, el sudor que baja en surco, tener que caminar varias cuadras para llegar a un sitio con el sol encima, cientos de almas evaporizando en los 40 grados que nos atormentan.
En las banquetas no hay media luz que refresque, ¿qué textos surgen en esta atmósfera?
Juan Rulfo vio polvo, caminos de tierra resquebrajada, sombras, cactus gigantes cual muros, iglesias grises de abandono, manos morenas tras del alimento de consuelo, un milagro, el río que se lleva lo que te queda, Agripina con sus preguntas sobre este país; el escenario es
conocido, vive aún en el imaginario nacional.
¿Qué lenguaje humano habita este horizonte? Rulfo transgrede el paisaje haciéndolo palabra.
Sus personajes presentan soledad, violencia, amor sombrío,
muerte, luto.
El discurso rulfiano es un clásico de sus voces actuales y hasta explicativas de nuestra condición «Desde que el mundo es mundo hemos echado andar con el ombligo pegado al espinazo, y agarrados del viento con las uñas.
Se nos regatea hasta la sombra, y a pesar de todo así seguimos: medio aturdidos por el maldecido sol que nos cunde a diario a despedazos, siempre con la misma
jeringa, como si quisiera revivir más el rescoldo. Aunque bien sabemos que ni ardiendo en brasas se nos prenderá la suerte»…
Y se nos va la vida buscándola porque es el motivo, el impulso a , encontrar la pócima, la esperanza, un poco de
fortuna.
Septiembre inicia, con sus policromías en cada esquina, vayamos a leer a un gran mexicano universal, como lo fue Juan Rulfo, movería la conversación a otros rostros, otras voces que se han quedado en la orilla de los caminos, podrían realizar una composición fotográfica inspirada en su lectura.
Son actividades que un padre, madre, maestro, tío puede hacer con los niños, adolescentes, y les ayudaría a mejorar la convivencia y sobre todo abrir un diálogo con un tema que surja.
Para la escritora tamaulipeca, Cristina Rivera Garza el legado de Rulfo está ahí en El Llano en Llamas, en Pedro Páramo, en la belleza de sus fotografías y dice: la realidad es extraña y está fragmentada en mil pedazos. Piensa en ella, tócala.
Nada está resuelto hasta que tú lo leas. Comienza. Carpe diem.