El cierre de las refinerías mexicanas durante el sexenio salinista, por motivos ecológicos y funcionales, generó un hoyo en el país que fue cubierto con importaciones de petrolíferos, esto derivado de la reducción de la capacidad instalada de refinación, lo que al paso del tiempo comenzó la escalada de importaciones de gasolinas y petrolíferos, al aumentar la demanda interna derivado del crecimiento económico y poblacional.
Esto se convirtió en un asunto de dependencia económica cuando la factura de petrolíferos importados llego a más de 30 mil millones de dólares anuales, una brutal salida de divisas que obligaba al país a endeudarse.
El gobierno salinista justificó la compra de su participación de casi 50% de la refinería de Deer Park en 1993, afirmando que esta compra iba a aportar valor a la producción del crudo maya de Pemex en lugar enfrentar el costo de la modernización de las refinerías mexicanas. Eran los tiempos de los Fernández de Ceballos y demás caterva que aplaudió, mientras Pemex comenzaba su hundimiento productivo.
Pues todo indica que es preferible tener el control total de la refinería que ser socio minoritario, al no tener el 50% necesario de la refinería, ahora hay que ver si permiten que la autoridad administrativa de la refinería pueda ser ocupada por un mexicano.
Pues parece una buena inversión comprar una refinería por cerca de mil 200 millones de dólares, claro, considerando que ya se es dueño de casi la mitad, pero en realidad se está recuperado un control que no teníamos y existe un costo de oportunidad que beneficia al país, pues ya está construida.
La refinería de Deer Park tiene una magnifica ubicación, con altos estándares de seguridad y con un rendimiento de operación cercano a 80 % de su capacidad instalada, y su capacidad de procesamiento de crudo es de 340 mil barriles diarios, igual a la de Dos Bocas, y es capaz de procesar crudo pesado sin generar combustóleo, con lo que junto con la de Dos Bocas y la recuperación de las otras seis refinerías, podríamos estar en vías de lograr la autosuficiencia energética en petrolíferos.
Con estas medidas del presidente López Obrador, se está aumentando la capacidad instalada de Pemex en aproximadamente 680 mil barriles diarios, reduciendo la salida de divisas y fortaleciendo la economía nacional, un asunto que debió realizarse hace más de 30 años. Sin embargo, estas medidas torales para el país han sido criticadas por la oligarquía trasnacional y criolla, simple y sencillamente porque se les acaba el negocio.
Julio César Vega Olivares