Política

Mota, coca, ‘narcocultura’ y Leyva…

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  • Mota, coca, ‘narcocultura’ y Leyva…
  • Juan Pablo Becerra-Acosta

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En México habrá mucho menos sangre derramada cuando se permita la producción, comercio y consumo libre de mariguana. Si se diseña un mercado de esa droga, regulado por el Estado, los criminales perderán gran parte de su poder.

Cuando los consumidores de mariguana pueden adquirirla en sitios que ofrezcan variedades mexicanas, estadunidenses, canadienses y asiáticas de la hierba, como quien se detiene en un Oxxo a escoger algún tipo de cerveza nacional o importada antes de ir a una fiesta, los narcos pasarán a la historia.

Lo mismo debe ocurrir con la cocaína, las sustancias de diseño y los opioides. Las naciones deben avanzar hacia la liberalización absoluta de las drogas. Eso silenciará las armas. Los narcos dejarán de pelear las plazas, cesarán de matarse para ver quién domina la producción, el tráfico y la venta. Los productores pagarán cientos de millones de dólares en impuestos, como ya sucede con la mariguana en Canadá, Estados Unidos y Uruguay. El Estado podrá dedicar enormes recursos a la prevención y curación de adicciones, en lugar de financiar episodios de guerra, porque si el narcoterrorismo se acomoda más en nuestro país, como sucedió en Culiacán, vendrán peores días aciagos y tardaremos más décadas en salir del pánico social y de severas recesiones.

México debe encabezar mundialmente, al menos continentalmente, como ya está planteado en el Programa Nacional de Desarrollo del gobierno federal, y como ha esbozado la Suprema Corte de Justicia de la Nación, una estrategia que sepulte la guerra contra las drogas nacida en Estados Unidos en los 70, para impulsar un mundo liberal que se enfoque en la salud pública. De esa manera, los cuerpos policiales de todo el país podrán centrarse en lo que deben estar ocupados: en erradicar secuestros, extorsiones y robos. Es decir, en pacificar la República.

Hoy, no consumir drogas debe ser un asunto de principios: al adquirir mota, coca o tachas, financiamos las balas de los sicarios, los cuchillos y sierras de los torturadores, los solventes e inflamables de los más demenciales y monstruosos sicarios. Mañana, no usar drogas debe ser simplemente un asunto de libertad e información: me las meto porque se me da la gana, o no lo hago porque sé el daño que causan.

A ver si los legisladores se engrandecen esta semana, o siguen en la mediocridad…

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Daniel Leyva Santiago, que recién falleció a los 70 años (ojalá hubiera vivido al menos 20 más), fue uno de los escritores más extraordinarios que ha habido: pocos como él, premiados tanto en su calidad de poeta (Crispal, Joaquín Mortiz, 1976, Premio Xavier Villaurrutia) como en su vertiente de novelista (Una piñata llena de memoria, Conaculta, 1982, Premio Nacional José Rubén Romero). Lo que necesita México, culturalmente, es enaltecer a más personajes talentosos como él (diplomático en Bélgica y Portugal, impulsor de la ópera, el teatro y las artes plásticas desde el INBA y el Poli), impulsar gente alegre y sana como él (fue un gozo haber compartido su vida), y no ensalzar la narcocultura de la que, al fin, algunos sinaloenses empiezan a hacer una necesaria autocrítica, mea culpa que ojalá se extienda por todo el país…

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@jpbecerraacosta

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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