¿Qué pensar? ¿Cómo acomodar en nuestro pensamiento lo que sucede en el día a día? ¿Cómo evadirnos, reírnos o molestarnos con las notas y los hechos? ¿Será que nos competen o qué nos son ajenos? ¿Nos acompañan en la elasticidad de las ideas que registra nuestra atolondrada cabeza?
Pobres de nosotros, somos rehenes permanentes de la verticalidad social, económica y política, de quienes nos someten al ejercer su poder, desde arriba, desde las instituciones, desde la idolatría.
-No tardó el distinguido Instituto Electoral de Coahuila en aplicar medidas cautelares a dos de los aspirantes de Morena a la gubernatura por considerar que habían incurrido, ya, en lo que la jerga del contexto llama “actos anticipados de campaña y uso indebido de recursos públicos”.
La medida, si fuese idéntica, alcanzaría a quien se cree –hasta hoy- podría ser el candidato oficial en relevar al actual mandatario estatal.
Manolo Jiménez, priísta, anda en campaña los siete días de la semana, encabezando eventos y actividades “de gobierno” con grupos prioritarios para los planes del continuismo en Coahuila y a los que tradicionalmente recurren para que voten, incluyendo jóvenes estudiantes y autoridades universitarias. Hay pruebas.
-El alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda González, y solamente él, se empeña en su campaña, continuamente es “entrevistado” acerca de sus quereres rumbo al Palacio de Gobierno en Saltillo, sea bajo unas siglas u otras de los partidos políticos que compiten.
-Román Alberto Cepeda González, debe ver el tema de los vendedores triquis, pero sin dañarlos, sin titubear, sin tener que ubicarlos en la Alameda Zaragoza ni en el bosque Venustiano Carranza.
Esas personas merecen respeto y un lugar de trabajo enmarcado en un urbanismo que le urge a Torreón para que la ciudad se desarrolle armónicamente, sin lunares, sin más desequilibrios, sin las vistas lastimosas que en verdad la afean por todos lados.
-Román Alberto Cepeda González, si quiere ser, como dice, el mejor alcalde en los 115 años de Torreón, no puede dejar de lado las vialidades, su deficiente semaforización, lo riesgoso en que están convertidos los pares viales, sus cajones de estacionamiento y las velocidades permitidas, las vaciladas de prohibir sin ton ni son las vueltas vehiculares a la izquierda, lo horrible y poco útil de los pasos peatonales.
-Román Alberto Cepeda González, y su gabinete formal y ampliado, no asistió(eron) ni un día, a la Feria del Libro Infantil y Juvenil (¡primera en la historia de Torreón!) que organizó el Instituto Municipal de Cultura y Educación.
Una feria prometedora, rica en talento literario y artístico locales, y la cual puede enriquecerse mucho más.
-Desapariciones, secuestros y asesinatos no abandonan Torreón ni el estado, si bien, y lo subrayo, no en la dimensión en que ocurren en otras entidades. Pero de que los hay, los hay.
-Las amenazas en algunas instituciones educativas de balaceras y de asesinar, no cesan, es por igual tanto en públicas como en particulares.
Por fortuna, son eso: amenazas.
Que quede claro, dichos amagos, y qué bueno, si no se materializan es por decisión propia de sus protagonistas y de nadie más.
La inseguridad en el tema es grande.
-El cáncer de mama en la zona conurbada de la Laguna crece, su incidencia se eleva y, aun con la infraestructura disponible en el sector salud y medicina privada y sus campañas preventivas, el problema alcanza números importantes.
A decir de los expertos, los factores son ambientales, contaminantes e historial propio –de “n” circunstancias- que impactan en la mujer.
Para qué agregar la violencia, agresiones y feminicidios que sufren.
