Política

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…

  • Columna de Juan María Naveja Diebold
  • Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…
  • Juan María Naveja Diebold

Hoy estrena el noveno episodio de la saga Skywalker. Al momento de escribir esto no he visto la película, pero estaré en la primera función en unas horas. Recuerdo muy bien el estreno a media noche de episodio I en 1999. La emoción en la cola antes de entrar al cine, los fanáticos disfrazados, el tremor al escuchar las notas icónicas de la marcha imperial y la explosión de aplausos y gritos que duró toda la introducción a la película.

Episodio I fue todo lo que los fanáticos temían, el ímpetu de capturar a una nueva generación de seguidores infantilizó una parte de la película, la trama política se siente fuera de lugar en una película de Star Wars y los efectos digitales aún no alcanzaban el realismo de hoy en día ocasionando que ciertas escenas se vean falsas de una manera que no sucede en la trilogía original.

En realidad, es imposible criticar la trilogía original. Es una idea muy original desarrollada en un universo enorme y bien pensado que tiene matices ideológicos de la época en la que se hizo, pero al mismo tiempo no han perdido vigencia. Todavía es cool ser un Jedi. La cinematografía, desde el guión hasta la creación de sets fue de vanguardia en el momento. En resumen, los episodios IV, V y VI son inalcanzables, lo que trae una pregunta interesantísima tanto para creadores como para sus seguidores ¿Cuál es el valor de las creaciones que le siguen a una obra maestra?

Evidentemente esta pregunta ha dividido a la audiencia de las películas. Hay quienes hubieran querido que nunca se hiciera otra película y quienes estamos felices de volver a visitar un universo que capturó nuestro corazón.

Los episodios I, II y III probablemente jamás se debieron haber hecho. Son la parte de una historia que es increíble como prólogo, pero insatisfactoria por si sola. Sin embargo, nos permitieron reconectar con el universo que nos cautivó, nos dejaron a la República antes del Imperio y cómo era la Orden de los Jedi antes de su caída; quizás aún más importante, le dieron una cara y un alma a uno de los villanos más icónicos del cine, Darth Vader.

Los críticos odiaron episodio VII por imitar a episodio IV y los fanáticos odiaron a episodio VIII por desviarse de los principios de la franquicia. Nunca se repetirá el ápex de la trilogía original, pero Disney sabe lo que compró en LucasFilm. Más allá de personajes adorados por sus fanáticos, una iconografía que magnetiza cualquier historia y un universo que apenas empezamos a explorar. Hoy termina la historia que empezó en 1977, pero Star Wars continúa.

Rian Johnson, el creador de episodio VIII ya está trabajando en una nueva trilogía, desconectada de la saga Skywalker; la serie The Mandelorian ya está disponible en Disney+ y es fantástica; se le unirán precuelas de Obi-Wan Kenobi y Cassian Andor, interpretado por Diego Luna.

Si han seguido Star Wars toda su vida como yo, probablemente sentirán más satisfacción que tristeza de poder cerrar la historia de los personajes que idolatramos. Ahora esperemos que les den un final satisfactorio a la magnitud de la historia que han desarrollado.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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