Estas dos potencias del futbol perdieron recientemente el mismo día; y los de Messi en su casa. ¿Significa algo diferente esto?
¿Hay algún presagio escondido? ¿Estamos en el umbral de nuevas realidades? ¿Se avecinan nuevos liderazgos de países?
Aprovechando la ocasión es día que debemos plantearnos si ya estamos en el principio de un fin que con sobrada razón nos podemos imaginar por el cambio generacional de todos los países.
Sin pretender hacerlo a un lado por ahora, Messi ya está cediendo su propia estafeta al campeón que lo vio nacer y crecer.
Pero llega el tiempo que nos resistimos admitir tal futura realidad. Algún día sucederá, no lo queremos ver.
Nos molesta admitirlo como aconteció con otros, con muchos, con todos.
Ver ese día en el futuro, que será su respectivo presente, huele a incómodo pero las victorias de Uruguay y Colombia ante Argentina y Brasil son suficiente aviso para preparar nuestro ánimo y enseñarnos a pisar en otras realidades.
Desprendernos de algo que siempre nos ha agradado, es desgarrador porque ellos han embellecido al futbol mundial.
No imaginamos su debacle.
Sólo es anticipo que bien pudiera acontecer.
Aquí sólo se presentan las derrotas como algo inusual pero a la vez sirve para ir imaginando nuevas vivencias que hoy, seguramente nos negamos a admitir.