Política

AMLO, regreso al pasado

  • Sin coincidencias
  • AMLO, regreso al pasado
  • Juan Gabriel Valencia

Prometer un gobierno empeñado en “drenar el pantano de Washington” puede ser una imbecilidad desde un punto de vista racional, pero en uno o varios casos encuentra algún sustento moral en ejemplos presentes que abren la puerta falsa a la generalización y con una frase atractiva capturan con facilidad y confort irracional al imaginario colectivo de la “canasta de deplorables votantes” a los que se refirió Hillary Clinton en un lapsus de incorrección política durante su campaña. Frases como esas encaminadas al escándalo moral hicieron posible que Donald Trump, un ignorante de su propia ignorancia —diría el Washington Post— llegara a la presidencia del Estado más complejo, económicamente más rico y culturalmente más atractivo del planeta. Hasta las mejores democracias se pueden equivocar.

No debe sorprender, en ese contexto histórico, que en México resulte convincente y viable que la propuesta de “regresar al pasado, cuando había ferrocarriles y petróleo”, sea un eficaz propósito de gobierno.

“La mafia del poder” exuda corrupción. Esta misma semana estuvieron Nayarit, Chihuahua, más veracruzanos, las impunidades perseguidas y no perseguidas de Javier Duarte, Roberto Borge; el hábito corruptor rutinizado dentro del Poder Legislativo federal. Así, establecer la agenda es fácil para confort de quienes no quieren complicarse la vida pensando a detalle en la validez y pertinencia de las políticas gubernamentales, tema por tema, realidad gubernamental genuina, una por una, sujetas, todas y siempre, al escrutinio de la inteligencia.

Un mundo de trenecitos cargados de fuerzas revolucionarias y de pozos petroleros rescatados para el dominio de la nación a cambio de unas gallinas en el pórtico de Bellas Artes. Y si Adelita se fuera con otro y el establecimiento de un malogrado nacionalismo de Estado sin identidades individuales y sin vínculos funcionales de pertenencia. O explíquenme por qué el Estado mexicano actual está preocupado por el destino de 35 millones de origen mexicano, residentes legales o de facto, en Estados Unidos, sometidos por voluntad propia a las decisiones del pantano de Washington.

Regresar al pasado, por ejemplo, de los años 20, cuando nadie resistía un cañonazo de 50 mil pesos; piénsese esa cifra a precios constantes. Sigue vigente con los ejemplos de esta semana reciente, aunque ya no haya trenecitos ni el discurso público admita entrar en detalles técnicos de la dificultad, si no es que la imposibilidad de explotar yacimientos petroleros de acceso fácil. Esas son minucias ante la promesa y la probabilidad de repetir en el futuro un pasado inexistente.

La elección de Estados Unidos confirma en la globalización el fin de los monopolios, incluido el de la estupidez y la ignorancia de Estado.

Y si a la argumentación simplista de erradicar la corrupción se agrega la soberbia de los imputados, de los que no entienden que no entienden, la rendija del error histórico y colectivo se convierte en la amplia avenida por la que habrán de transitar la tiranía junto con la pobreza. Pero, como dicen, para bailar tango se necesitan dos. Síganle, como única agenda, sembrando vientos.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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