Por cuarta ocasión en diez meses, desde que inició su periodo presidencial en octubre de 2024, Claudia Sheinbaum Pardo regresó a Tamaulipas, en esta ocasión a la pujante y dinámica zona conurbada del sur del estado, en donde reconoció el trabajo que viene realizando Américo Villarreal Anaya, así como su esposa María Santiago de Villarreal.
Además, la Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, que ordenó el cambio de mando en la Guardia Nacional, llegando a la comisaría del estado, Jesús Adolfo Amparán Hernández, sustituyendo a Francisco Alvarado Terán, que asumió este mismo cargo en Sinaloa, destacó tres cosas más que no deben pasar desapercibidas.
En primer lugar, que su gobierno es de territorio y no de escritorio, por lo que aprovecha los fines de semana para viajar a diferentes puntos del país, para estar cerca de la gente, escuchar sus necesidades y ganar su confianza, tal y como se refleja en los altos niveles de aprobación que tiene.
De paso, sus viajes a los estados le permiten estar en contacto con las y los gobernadores, hacer política y reconocer su trabajo, como sucedió este fin de semana con Américo Villarreal, Ricardo Gallardo y Rocío Nahle.
Junto con pegado, Sheinbaum Pardo aprovechó su visita al sur del estado, para destacar la inversión del gobierno federal en Tamaulipas, a través de los diversos programas sociales, que este año suma 21,854 millones de pesos, para elevar el nivel de vida de quienes menos tienen.
También destacó la corrupción imperante en los gobiernos que antecedieron a la cuarta transformación, en el rubro de salud, verbigracia la construcción del Hospital General de Ciudad Madero.
Sheinbaum Pardo tiene razón: un nosocomio que debió terminarse el 21 de julio de 2016, como lo señalan las observaciones de la ASF en su informe de resultados de la Cuenta Pública 2020, en el apartado correspondiente al desarrollo social, será entregado con nueve años de demora, el próximo 15 de diciembre, gracias a la corrupción del sexenio pasado.
Basta leer el capítulo “Equipamiento de Unidades Hospitalarias en el Estado de Tamaulipas”, páginas 115, 116 y 117, para constatar que dicho hospital es un monumento a la corrupción, como se escribió en este mismo espacio el 22 de agosto de 2022.