La cosa se empieza a poner color de hormiga en los Estados Unidos a cuyo presidente le andan acusando de traición a la patria y cada vez le van cerrando el cerco. Entre tanto afloja un poco la cuerda contra China y luego amenaza a Irán y ahora abre otro frente contra Turquía amenazándola con destruir su economía si no se pliega a sus peticiones, y, por el contrario, parece que dejó en paz por el momento a Corea del Norte y su líder. Sus prioridades actuales son su reelección y cómo salir bien librado del “impeachment” que le han iniciado los demócratas.
Dos temas tienen implicaciones directas con México: uno, nuestras exportaciones hacia los Estados Unidos -que han mostrado un ritmo creciente- se están echando al hombro junto con las remesas, la crítica situación económica debida a nuestro nulo crecimiento. La mala noticia es que estas exportaciones se deben a una situación de coyuntura mientras subsista la guerra comercial entre China y el vecino, ya que a río revuelto… quién sabe qué pasará con los pescadores una vez que las aguas vuelvan a su cauce.
La segunda cosa es el nivel de incertidumbre que se generapor la no aprobación del TMEC, y, como soplan los vientos políticos, que más bien se convierten ya en huracanes, parece que tendremos daños colaterales porque su aprobación no parece estar en la prioridad de los demócratas para hacerle gordo el caldo a don Donaldo. Si bien el TMEC es importante tampoco pareciera ser tan crítico mientras subsista el TLCAN y tal vez hasta convenga la demora para darle un respiro al sector automotriz y así desarrollar estrategias que enfrenten a la nueva regla de origen negociada en el TMEC, ya que para algunos, no habrá tratado hasta después de las elecciones en noviembre de 2020.
Ya veremos.
