Política

Para entender el conflicto de la mina Peñasquito

  • Columna de José Narro Céspedes
  • Para entender el conflicto de la mina Peñasquito
  • José Narro Céspedes

El 27 de marzo pasado ejidatarios de la comunidad de Cedros tomaron las instalaciones de la mina El Peñasquito, en el municipio zacatecano de Mazapil. Los ejidatarios cerraron para presionar a la empresa de capital norteamericano y canadiense, Newmont-GoldCorp, obligándola a restituir el manantial que con los trabajos de la mina secó, atender los daños ecológicos, de salud de la población; además exigen que la minera cumpla con una serie de compromisos de infraestructura y empleo que firmó con los ejidatarios dueños de las tierras donde se asienta la mina.

Sin embargo, la minera se niega.

Asegura que no pagará ninguna de las deudas adquiridas y niega los daños (evidentes) de la destrucción que provoca los trabajos de la mina a cielo abierto que opera en el semidesierto zacatecano (técnica prohibida en muchos lugares del mundo).

Así, los trabajos de la mina de oro más grande de América están detenidos ante los oídos sordos de la empresa. En este contexto, la mina acusa a los ejidatarios de cerrarles, haciéndolos perder 50 millones de dólares diarios, dañando seriamente su capacidad de dar empleo y poniendo en riesgo el impacto económico que detona en la región.

Peñasquito, la repetición de la historia del capitalismo salvaje.

Simplificar el conflicto a un grupo de inconformes que bloquean el “empleo” de otros, por supuesto genera una imagen negativa. Crea una falsa dicotomía conveniente para el capital que no puede soportar el más pequeño de los análisis.

En la historia del capitalismo, esta historia se ha repetido innumerables veces, donde los obreros inconscientes de que detendrán el progreso han protestado contra la empresa que les hace el favor de emplearlos.

La mentira del progreso ha arrastrado los abusos de las empresas de todo tipo, abusos, excesos y devastación de la fuerza de los trabajadores y de la tierra misma. Recordemos en México, Río Blanco, Cananea (con el multicitado “mátenlos en caliente” del presidente Porfirio Díaz). El capitalismo y la empresa nunca pueden ser cuestionados.

En este sentido, quizá valdría la pena recordar que la generación del capital parte de una mayor producción con abaratamiento de los insumos, es decir, mayores ganancias con el menor gasto posible. Así, entendemos que, para ganar más, la mina invertirá lo menos posible en cuidar el medio ambiente, evitará lo más posible gastar en mejores condiciones para sus empleados y luchará para no mejorar a la comunidad que afecta.

El capitalismo salvaje, como el que Peñasquito construye día a día, arrasará con todo mientras pueda, al tiempo que se escuda en la investidura generadora de empleo, y un progreso que nunca llegará, pues en diez años la mina de oro ha generado una cantidad de oro similar a la extraída en toda América Latina por el imperio español en 300 años y ha traído en la región mayor pobreza, toda vez que según el Coneval entre 50% y 75% de la población de Mazapil vive en pobreza y 12.9% en pobreza extrema. Es decir, el progreso y las mejores condiciones de vida prometidas por la mina fueron mentira.

¿Se ponen en riesgo los empleos que generan los extranjeros en Zacatecas? La mina da empleo, pero qué clase de empleo y a quién, pues del total de las plazas generadas solo una mínima parte es para gente de la región. Empleó a otros para el transporte de tierra y posteriormente los dejó sin empleo pues una empresa española mejoró los precios.

La mina surte de agua, pero es porque dejaron sin acceso a ella a casi 30 comunidades donde operan (15 mil hectáreas) con quien firmaron convenios de ocupación temporal de tierras ejidales y pequeña propiedad, a los que le pagan 524 dólares al año por concepto de fideicomisos, salud, vivienda, etc.

La empresa por sí sola no hará nada por mejorar las condiciones de los ejidatarios, por la naturaleza o por sus trabajadores.

Sin la dolorosa lucha que se está dando a las puertas de Peñasquito, la empresa seguirá con sus prácticas rapaces. No luchamos contra los trabajadores, sino por hacer que Peñasquito tenga que asumir sus responsabilidades para con una minería sustentable y con los trabajadores y comuneros.

El capitalismo rapaz de la minera, sin un pueblo organizado, no se detendrá solo porque es más barato dejar un hoyo en Zacatecas, que trabajar para que el progreso no sea una de sus mentiras, y efectivamente, Mazapil y sus comunidades salgan de la pobreza.

El pueblo de Zacatecas debe luchar para que la mina sea ecológicamente responsable y los 50 millones de dólares que ganan diariamente se vean reflejados en la región. Queremos que la mina siga operando, pero luchamos para que cada minero y cada habitante de la región sea beneficiado por la mina, más allá del discurso simplista y fácil de los dueños extranjeros de Peñasquito.

*Senador de Morena por Zacatecas

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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