Policía

Un cuerpo olvidado en la morgue

Del 4 de octubre de 1992 al 12 de abril de 1999, un asesino de niños impuso el terror en zonas pobres de Venezuela, Ecuador y Colombia, sobre todo en este país, que se encontraba en medio de una guerra intestina que dejó a cientos de niños en la orfandad.

La gente hablaba de un sacerdote, también de un profesor, de un anciano, incluso de un campesino que se acercaba a menores entre seis y 16 años, ofreciéndoles comida, regalos o prometiéndoles dinero.

Muchos niños aceptaron alguna de las ofertas del individuo, muchos de ellos aparecieron muertos en lugares boscosos, maniatados, decapitados, con huellas de haber sido violados de forma brutal.

La policía creó grupos de agentes para buscar al “satanista”, pues eso se especulaba que era el criminal. Pero no, era un aparentemente tranquilo vendedor de estampitas religiosas.

El jueves 22 de abril de 1999, la policía detuvo a Luis Alfredo Garavito después de que este raptó a un menor al que pretendía violar. Los gritos del niño alertaron a un hombre en situación de calle, quien evitó el crimen.

La detención de Garavito ocurrió horas después. De acuerdo con la Fiscalía General de la Nación colombiana, asesinó a 172 menores de edad, aunque se calcula que el hombre acabó con la vida de 300 personas.

El asesino fue recluido en la prisión de Máxima y Mediana Seguridad de Valledupar, conocida como La Tramacúa, donde cumplía su condena hasta que comenzó a asistir al hospital para su tratamiento contra la leucemia y un cáncer de ojo.

Luis Alfredo Garavito murió el 12 de octubre pasado, aunque su situación post mortem ha resultado un calvario para sus familiares, quienes señalan que el cuerpo del individuo permaneció en la morgue durante casi 40 días, por lo que acusan de negligencia a las autoridades.

Este caso aún despierta aversión en la sociedad colombiana. Usuarios de redes sociales han manifestado su repudio con mensajes como “¡Puedes tirar el cuerpo a la basura!”. Otro señaló que la cremación hubiera sido mejor mientras el asesino estaba vivo.

Los familiares indicaron que Garavito puede ser culpable de los delitos que se le imputan, pero que ellos sólo querían evitar que el cuerpo de Tribilín (uno de los alias del inculpado) se pudriera en el depósito de cadáveres.


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José Luis Durán King
  • José Luis Durán King
  • [email protected]
  • Periodista; estudió en Historia en la UNAM y desde hace más de 20 años escribe la columna de periodismo negro “Vidas Ejemplares” en Notivox los jueves cada 15 días. Autor de los libros Gentiles caballeros del terror, Vidas ejemplares. Asesinos en serie y De la región al mundo.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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