El 16 de junio de 1960 se estrenó en Estados Unidos la película Psicosis (Pycho), dirigida por el cineasta británico Alfred Hitchcock y basada en la novela homónima escrita por Robert Bloch.
Considerada una obra de arte en la cinematografía mundial, Psicosis introdujo por vez primera un tipo de asesino —Norman Bates— atormentado por la castrante figura materna.
Este “niño de mami”, aparentemente inocuo, es en realidad un trastornado asesino serial que escucha cotidianamente la voz de su madre, quien lo impele incluso a matar.
El novelista y guionista estadunidense Robert Bloch escribió Psicosis en 1959, basándose, presuntamente en Ed Gein, un taxidermista solitario de Plainfield, Wisconsin, que gustaba de profanar tumbas, descuartizar mujeres y elaborar artefactos con huesos y piel humanos.
Un elemento presente tanto en la novela de Bloch como en la vida de Gein es la madre: una fanática religiosa que consideraba a las mujeres tentaciones diabólicas y a la gente, en general, entidades malignas.
En una gran cantidad de asesinos seriales la figura materna no ha sido, precisamente, un símbolo al cual venerar. Más bien, lo contrario: ha sido el detonante de las compulsiones homicidas reiterativas.
El gigante californiano Ed Kemper, que entre mayo de 1972 y abril de 1973 asesinó y decapitó a ocho mujeres, odiaba a su madre por la forma en que lo trató de niño y adolescente, encerrándolo incluso en un cobertizo, a donde la señora le daba sobras de pescado como alimento.
En este caso, la cabeza de la madre sirvió para que Kemper se divirtiera unas horas practicando el tiro al blanco con unos dardos.
El texano Henry Lee Lucas al ser aprehendido confesó que había matado unas quinientas personas, doscientas de ellas con la ayuda de su cómplice Ottis Toole. Sin embargo, más adelante Lucas explicó que su declaración era una mentira.
Lo que es un hecho es que las personas asesinadas por Lucas y Toole, individual o en sociedad, sí existieron, alguna vez caminaron por las calles de su colonia.
A Lucas solo se le pudo comprobar un asesinato: el de su madre, a quien el criminal odiaba, pues explicó que la mujer se prostituía y tenía relaciones sexuales frente a sus hijos y a su esposo paralítico. Fue la madre quien, de un garrotazo, dejó tuerto al señor Lucas.
@compalobo