Como muchas ciudades del mundo, Guadalajara apuesta por la movilidad ciclista. Ojalá que tengamos éxito. Para alcanzarlo se requiere un sistema integral que incluya ciclo rutas metropolitanas, que, necesariamente, deben incorporarse en diversas avenidas de la ciudad. No hay otra posibilidad para lograrlo. Aunque los automovilistas perdamos algunos espacios en estas vías primarias. Es el privilegio del uso del auto privado lo que debe acotarse en pro de una movilidad sustentable. La idea es que, al final, todos ganemos una mejor ciudad.
Lo que debemos evitar, terminantemente, es “compensar” al auto abriendo nuevas rutas alternas en calles vecinales o, peor aún, inundando barrios y colonias con el tráfico que antes iba por las avenidas. Afectaríamos la salud y el bienestar de muchas personas, despojándolas de su derecho constitucional a un medio ambiente sano. Sería peor el remedio que la enfermedad.
Muchos automovilistas piensan -pensamos- que el uso del auto privado es un derecho, y que si una ruta se complica podemos exigir que se nos abra otra. Estamos equivocados. El daño que provocamos a las personas que habitan las rutas alternas por las que transitamos está por encima de nuestra comodidad. Violaríamos sus derechos fundamentales. Por eso tantas colonias y barrios centrales se abandonan en perjuicio de los vecinos y de la ciudad en su conjunto, que pierde calidad urbana. Optimicemos las avenidas disponibles sin entregar más espacios al auto.
La movilidad no debe convertirse en una batalla entre automovilistas, ciclistas y vecinos, sino en un beneficio para todos. El espacio disponible para el automóvil es limitado, actuemos en consecuencia. Sabemos que un transporte público adecuado es la solución. Si un número sustancial de automovilistas nos convencemos de utilizarlo, exigiremos que mejore, y en esta Guadalajara renuente a invertir en uno útil, quizá sea la única manera de conseguirlo.
Logremos un balance final, que las avenidas no sean tan duras y rudas, que el transporte público sea eficiente y atractivo, las ciclovías útiles, y que los barrios y colonias recuperen su salud y bienestar. Tendríamos la mejor ciudad.
José Javier Gómez Á.