Cuando nos lo contaron, no lo podíamos creer. En el equipo de transición de Jaime Rodríguez ya se dio una de las atrocidades de quienes desconocen el servicio público.
Gente de cuello blanco sugirió desaparecer Fomerrey; para rematar la insensibilidad, fueron iluminados con la idea de mandar la cartera vencida a despachos jurídicos para su recuperación.
¿Esos son lo que piensan en la raza? Claro, reaccionaron quienes conocen desde muchos años el problema social que representa la falta de un espacio dónde vivir. Se opusieron.
Fomerrey es uno de los programas sociales de mayor éxito de la política pública. La adquisición de terrenos y la autoconstrucción a bajo precio permitieron a miles dejar su condición de pobreza extrema, ésa de la que hoy tanto se habla.
Quizá llegó el tiempo de que Jaime Rodríguez pise ya la realidad, se deje de viajes y ponga mayor atención al equipo de transición, quien lleva lo bronco a pleitos innecesarios.
El ser entrones, como presumen, no los debe convertir en insensibles. Para rematar, además de broncos dan señales de ignorancia en temas torales de la función pública.
A esos empresarios o gente bien, súbalos al caballo de la necesidad y verá que al primer reparo se vienen abajo. Que conozcan primero el hambre real, no la de los libros.