Billy Joel lanzó en 1977 el álbum The Stranger, cuyo tercer corte, hoy llamado track, es “Just The Way You Are”.
Ese año José José se reencontraba con su carrera y su vida, luego de superar por primera vez el alcoholismo y la drogadicción, al publicar Reencuentro, cobijado por grandes compositores como Manuel Alejandro, Roberto Cantoral y, por primera vez, Rafael Pérez Botija.
Ambos lograron gran impacto con sus elepés.
Un año más tarde, mientras el Piano Man alcanzaba los primero lugares en el Hit Parade con “My Life”, el de Clavería presentó el disco Lo pasado, pasado, con seis sencillos: “Lo que no fue, no será” (Napoleón), “Ahora no”, “Lo pasado, pasado” (Juan Gabriel), “Ahora o nunca” (Juan Carlos Calderón), “Almohada” (Adán Torres) y “Te quiero tal como eres”, la versión en castellano de “Just The Way You Are”, adaptada por Armando Martínez.
Para 1998, cuando El Príncipe de la Canción celebraba 35 años de carrera, la desaparecida BMG Ariola, mismo sello que lo relanzó al mundo de música, presentó el cedé Y algo más, con tres covers: “New York, New York” (Fred Ebb / John Kander), “El mundo” (Jimmy Fontana / Greco / Maccia / Pes) y “Mi vida” (Alain Barriere / Italo Ferrario).
José Rómulo Sosa Ortiz llegó al auditorio de la disquera saludando, abrazando a los reporteros que lo habían seguido toda su vida, a sus “hermanitos”, y agradeciendo que siguieran ahí. Después dio la conferencia acostumbrada que duró más de una hora y, para rematar, entrevistas uno a uno.
Antes de entrar al salón, este reportero se acercó a pedir a José José que le firmara el disco y le preguntó qué tanto lo había ayudado hacer covers como los de esa producción o de piezas como “Él” (“Him”, Rupert Holmes, 1980).
–Mira, hermanito, la cosa no es cantarlas como los grandes maestros, sino hacerla tuya, sentirla.
–¿Como en “Te quiero tal como eres”?
–Un año o año y medio después de que grabe ese número recibí una llamada, era Billy Joel y me dijo que había escuchado la versión del gran Barry White y la mía, y que si de él dependiera, la que hice le gustaba más hasta que la de él. No tienes idea de lo que sentí, hermanito, fue padrísimo, un monstruo como él llamándome y diciendo eso. Le di las gracias y hablamos de otras cosas.
Siempre sonriente y amable, terminó de firmar el disco para ir a su sesión de entrevistas con las televisoras, una tarde de 1998.
