¿Cómo no te voy a querer?

Pensé que al escribir este famoso canto hoy, iba a estar festejando doble. En efecto, curiosamente los dos equipos a los que soy aficionada comparten a más de 9 mil kilómetros de distancia la histórica melodía de apoyo.

Si bien hay muchos otros clubes, e incluso selecciones alrededor del mundo, que también corean en sus tribunas las palabras, no hay duda de que Pumas y el Real Madrid son los que más arraigada dicha identidad tienen. Imaginen todas las circunstancias que se tienen que dar para que un tema se convierta en un himno futbolero.

Desde adaptaciones de éxitos como Can’t take my eyes off of you para Fernando Torres, pasando por el Yellow Submarine para el Villarreal y clásicos como el You’ll Never Walk Alone del Liverpool. La tribuna es ese lugar mágico donde música y deporte convergen. Un paraíso con pasión sinigual.

Y ahí, en un especial lugar, se encuentra el ¿Cómo no te voy a querer? que, opuesto a los ejemplos mencionados, hizo el viaje de estadio a estudio y no al revés. La primera vez que la escuché por parte de la afición blanca, fue una grata sorpresa, aunque no creo que a todos los Pumas los haya hecho felices. Pero, ¿qué más da? Me pregunto. ¡Qué honor que el mejor club de la historia retome la belleza del canto y la catapulte al mundo!

Una gran conexión entre ambos equipos, además de Hugo Sánchez, quien precisamente recuerda que fue a partir de que Pumas le ganó el Trofeo Santiago Bernabéu al Madrid 1-0 en 2004, que la fiebre comenzó. Ya en 2007, la canción grabada por el grupo de ska Los Estrambóticos formó parte de la banda sonora de una película del mismo nombre en 2008, inspirada en la tribuna de CU, mas no enfocada en el futbol.

En ironías de la vida, la melódica porra rugió desde la capital española tras una remontada histórica de los merengues en Champions League, en una temporada extraordinaria, mientras que los más de 6 mil aficionados de Pumas que se dieron cita en Lumen Field, casa del Seattle Sounders para la final de la Concachampions, se quedaron con las ganas.