El energético es el tema con más ideología dentro de la 4T. No ha sido fácil, ni será, la negociación para acordar la participación privada en este gobierno a sabiendas de que a mediados de febrero se presentará el plan de inversión conjunta como lo anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador. Aquí parece que los empresarios participantes en el sector ya son culpables hasta que demuestren lo contrario. Ni siquiera son presuntos.
El presidente López Obrador puso el dedo sobre la llaga el miércoles pasado al insistir en que fue “un rotundo fracaso la llamada reforma energética”, que no se convocarán nuevas rondas de licitación petroleras porque los particulares no cumplen con las condiciones contractuales de inversión y producción, aunque aseguró que “no hemos cancelado un contrato”.
Por eso la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi), de Alberto de la Fuente, que integra corporativos como Chevron, Exxon Mobil, Shell, Eni, CNOOC, el mismo día informó que ya se invirtieron más de 11 mil millones de dólares y que existen compromisos contractuales por más de 36 mil millones en planes aprobados por la Comisión Nacional de Hidrocarburos. “Se han cumplido al ciento por ciento los compromisos... se han pagado cerca de 11 mil millones de dólares en contraprestaciones e impuestos al Estado..., la producción privada al primero de diciembre fue de 47 mil barriles diarios de petróleo”.
Un día después, el CCE, de Carlos Salazar, apoyó lo dicho por Amexhi e hizo un llamado “al diálogo con las autoridades para establecer metas y plazos compartidos, a fin de poder evaluar conjuntamente los resultados alcanzados en cada etapa de los contratos asignados”.
No hay de otra: tienen que demostrar que no son los culpables para abrir las oportunidades de inversión que parece están buscando acotar en el gobierno. Hay cambios de reglas en electricidad y petrolíferos para fortalecer a Pemex y CFE y es lo que ha paralizado inversiones. La falta de competencia no bajará tarifas de electricidad o precios de gasolinas.
El presidente habló de que se trabaja “con empresas privadas en lo que tiene que ver con contratos de exploración, de perforación”, en la rehabilitación y en la construcción de nuevas refinerías, y que “se va a definir en qué campos se puede invertir” tanto petroleros como de electricidad.
Hay que recordar que los empresarios, entre ellos Concamin, ya manifestaron su preocupación por los cambios para el otorgamiento de Certificados de Energía Limpia, por la eliminación de la regulación asimétrica en la venta de hidrocarburos a precios discriminatorios que favorece a Pemex y por las propuestas de CFE. Tampoco será fácil la negociación particular como la de Talos Energy con Pemex por el rico yacimiento petrolero de Zama, que requiere explotación compartida.