Política

El Domingo de la Palabra

  • Areópago
  • El Domingo de la Palabra
  • Jesús de la Torre T. Pbro.

Entre católicos, no católicos y creyentes en Jesucristo bajo variadísimas modalidades, crece la estima de la Biblia, como Palabra de Dios. 

A eso se añade que al finalizar el mes de enero, se enriquece con la atención a muchos eventos que tienen como corazón la consideración de la Palabra de Dios como son: el octavario por la unidad de los cristianos, celebrado no solamente entre católicos; las celebraciones en torno a la catequesis, a nivel diocesano y parroquial; la celebración del encuentro diocesano de Comunidades Eclesiales de Base; el Domingo de la Palabra de Dios, propuesto por el Papa Francisco para el 26 de enero, etc.

Aunque el Papa Francisco haya promovido el Domingo de la Palabra, viviendo en este mundo de despistados, para muchos ciudadanos se torna en día de compras, día de esparcimiento, día para visitar a los compadres. 

No todo es tan recomendable en estos ambientes de consumismo; tampoco es de tan buen juicio el que alguien acuda a celebrar la Palabra de Dios en cualquier comunidad con el argumento no bien pensado de que todas las religiones son lo mismo, ya que todas hablan del mismo Dios; tampoco es de lo mejor que cada quién haga lo que le pegue la gana el día domingo ya que le mejor opción debe ser pensada en relación al bien personal, familiar o comunitario.

Con la Biblia, muchas personas pueden afirmar desatinos, muchas otras puede orientar su vida con un profundo sentido de unidad, sobre todo si desentrañan su contenido en la comunidad cristiana, y para los católicos, si la culminan en la celebración de la Eucaristía con una preocupación de hacer propias todas las angustias del mundo moderno, como pueden ser la suerte de los migrantes, de los desocupados; las angustias de los afectados por sismos, huracanes, choques salvajes en las carreteras; por los mutilados y descabezados que produce el narcotráfico; por los comunicadores de mesas redondas de televisión y radio, que ya no encuentran por donde se le pita al pito y comentan como un acierto de los sesenta y cuatro mil pesos, lo que coincide con sus intereses.

En fin, que no deja de tener un buen acierto el que el Papa Francisco haya propuesto el 26 de enero como Domingo de la Palabra, para responder a una necesidad vital del hombre, que necesita espacios, fuentes de silencio, oración, Eucaristía en la comunidad creyente. 

Es mejor detenerse en hechos serios que le den consistencia espiritual a la vida y no tirar palos de ciego.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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