Agua Saludable para La Laguna. Memoria de desencuentros
El 19 de marzo de 1986, los Obispos de Torreón: Dn. Fernando Romo Gutiérrez y Dn. Luis Morales Reyes, firman un mensaje en favor de la vida saludable para la región lagunera, motivado por el entonces proyecto de la Termoeléctrica que se quiere construir en Villa Juárez, Dgo.
Decían los Obispos: “Lo que daña al ambiente, daña también al hombre.
El hombre es inseparable del ambiente… Considerando que el acuífero de Villa Juárez, según peritos en la materia, es la primera reserva de agua potable de primera calidad para toda la región y corre el peligro de ser contaminada por residuos industriales.
Recomendamos el estudio sobre la reubicación de la Planta Termoeléctrica que se construye en ese lugar.
Nuestra propuesta es en favor de la vida, no en contra del progreso industrial que, en este caso, dispone de otros espacios menos vitales, para generar la indispensable energía eléctrica” (Diócesis de Torreón.
Plan de Pastoral. Segunda etapa. 1994-2000. Pág. 77).
El citado documento de los Obispos de Torreón, creó entusiasmos, pero resistencias en algunos sectores tanto de Torreón como de las parroquias del lado de Durango; lo mismo en sectores populares que luchaban en el campo y en las periferias laguneras; presbíteros de avanzada y dirigentes sociales que promovían las promociones en el campo y en las ciudades laguneras.
Por lo pronto se ignoraba que la tal termoeléctrica era un apoyo para promover a Carlos Salinas de Gortari como candidato a la Presidencia de la República. El gato encerrado.
El vigente gobierno federal, hace poco, lanzó un proyecto llamado “Agua Saludable para la Laguna”, consistente en derivar agua de la Presa Francisco Zarco, para todas las ciudades laguneras.
Ya está. Pero ahora se le pelea al tal proyecto, el que va llegando en estas semanas, poco a poco.
Eso ya nos lo habían anunciado las autoridades de Conagua, pero el asunto es estar jeringando todo lo que hace el actual gobierno.
Cierto que en algunos sectores apoyaron. No todos, pero ya tenemos agua sin arsénico, para estos pueblos y campos laguneros que se reportan como los más abundantes en variadísimas enfermedades de cáncer.
No faltan quienes afirman que tenemos los primeros lugares en esa enfermedad del cáncer.
Ahora queda el hecho histórico de que los laguneros de la década de los años ochenta se comportaron con una actitud profética que mucho les honra, pero muchos ni cuenta se dan de esta historia.
Siempre abundan los despistados.