El 27 de septiembre de 1821, es la consumación de la independencia de México de la entonces Corona Española, no reconocida por España hasta 1838 y años antes, la Santa Sede, porque a Roma le urgía nombrar obispos para las sedes episcopales vacantes, ya que los obispos titulares, unos se fueron y otros se murieron.
Pero a muchos historiadores y maestros de escuelas comenzaron pronto a contar la historia de modo diferente y, entre otras omisiones, no quisieron hablar de la consumación de la independencia de México, identificando el inicio, con la independencia, haciéndose locos con la explicación de la bandera nacional, ordenando componer un himno patriótico y luego quitándole algunas estrofas que no coincidían con el relato faccioso, y a fuerzas, nacional según los narradores con buena dosis convenenciera.
En décadas recientes se va imponiendo la verdad. Investigadores de la historia nacional, poco a poco, van hablando de los hechos de la época de la independencia nacional.
Ya se habla de la consumación de la independencia nacional el 27 de septiembre de 1821.
Se le reconoce como un acontecimiento pacífico, encabezado por Agustín de Iturbide, que como realista, combatió ferozmente a los insurgentes y, después de un proceso reflexivo, encabezó un movimiento pacífico, en el que logró la unión de muchos beligerantes, en favor de la independencia, que ahora hasta el Baco de México recuerda con la entrada del Ejército Trigarante en México, en el billete de veinte pesos.
En el año 1973, ediciones siglo XXI, publicó “La Cristiada” en tres tomos que alcanzó tirajes excepcionales, para un tema oficialmente tabú, prohibido, y contrario a algunas culturas nacionales que se la daban de sabelotodo en cuestión histórica nacional.
Con esta obra, entró aire nuevo en la historia nacional.
Muchos historiadores se agitaron en la investigación y advirtieron que no estaba equivocado el historiador Luis González y González, quien aconsejaba acudir también a los archivos parroquiales para narrar mejor la historia nacional.
Aunque muchos, sobre todo de clase media, no están de acuerdo con el desorden social actual, sobre todo el protagonizado por la violencia criminal, pero dentro de este desbarajuste, la historia nacional está bajo la influencia de un aire nuevo, que entre otras verdades, descubre lo que ni nos imaginábamos saber.
Es de sentido común constatar históricamente que, el proceso de independencia nacional tuvo un principio y que aunque no queremos, tuvo un final al que llamamos consumación de la independencia nacional.