Política

La sucesión adelantada

Dice el Presidente de la República que el proceso de sucesión adelantada seguirá; ya que, “no adelantarla sería del Porfiriato, con sus tapados, las decisiones de élite”. Creyendo que todo se pude explicar con conceptos del siglo XIX, pasó por alto que  los “tapados” no son del Porfiriato (Díaz no podía “taparse” a sí mismo), sino un proceso inventado por Adolfo Ruiz Cortines -vigente de 1957 a 1987- que el caricaturista Abel Quezada representaba con su clásica capucha, y que sigue siendo uno de los componentes principales del sistema político mexicano.

El tapadismo consiste esencialmente en: “darle alas” a cinco o seis secretarios  para hacerlos sentir que pueden ser El Candidato (AMLO los anunció el 5 de julio pasado); “el dedazo” o anunciación privada de la decisión al seleccionado; el anuncio público (destape) de que “el partido” (léase el Presidente) se decidió por uno de ellos; “la estampida de los búfalos” o tropel de los primeros interesados en llegar a felicitar al candidato; la sumisa aceptación de la decisión por los otros prospectos; y, “la cargada” o lluvia de adhesiones y mítines de apoyo para el destapado.

¿El juego de las “corcholatas” que actualmente se practica, reproduce esos rituales, o en verdad estamos ante otros procedimientos? Si se maneja como sucesión presidencial sí; si se realiza como sucesión política no. Lo primero implica un proceso tras bambalinas, con un gran elector y con base a un código no escrito. Lo segundo, métodos democráticos previamente establecidos; debate público; libre interacción de grupos de interés en torno a las candidaturas; y, elección ciudadana del candidato. Si sigue siendo el Presidente y no el partido el que defina las reglas, estaríamos ante una más de las viejas sucesiones presidenciales, y no en una sucesión política.

Si la sucesión presidencial adelantada seguirá, para evitar que los pretensos  incurran en conflictos de interés -utilizando el cargo para su promoción- o realicen actos anticipados de precampaña, lo adecuado sería que les pidiera su renuncia; tal como lo hiciera Lázaro Cárdenas con los tres precandidatos de su tiempo, quienes dejaron el cargo año y medio antes de las elecciones.

El gran riesgo es que la lucha por el poder se salga de los cauces pacíficos e institucionales, por realizarse por métodos no del todo democráticos.

Javier Hurtado

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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