En este 2023 que agoniza fueron muchos los temas que abordé en este espacio en el que comparto ideas, reflexiones, anhelos y preocupaciones, siempre con el ánimo de incentivar una conversación respetuosa, abierta, plural e informada. Siguiendo este orden de ideas, creo que tanto de manera explícita como implícita, la constante en mis textos fue el llamado a la mesura en una época en la que la conversación pública se ha vuelto peligrosamente visceral, dejando poco espacio para el diálogo y el derecho a disentir.
Si atendemos a la idea de que la historia de la humanidad es cíclica, la teoría nos diría que el hecho de estar al tanto de que en efecto esto es así, nos daría las herramientas para poder evolucionar mejor como sociedad y no repetir patrones que fracasaron en el pasado. Sin embargo, el estudio de la conducta humana es escurridizo y poco exacto porque somos seres complejos y contradictorios: nuestros impulsos y deseos son motivados por una cantidad infinita de variables y a veces el resultado de nuestras acciones escapa al rigor del método científico.
Cada época tiene sus complejidades y para no caer en el recurso fácil del balance de un año “difícil” y en “transformación”, me gustaría rescatar en esta última columna del 2023, algunos hitos del panorama internacional y nacional que, desde mi perspectiva personal, marcaron la pauta en un mundo que vive, desde hace tiempo, un profundo proceso de reconfiguración social, política, económica y ambiental.
El nuevo milagro mexicano
Este año la agenda económica de México y del bloque norteamericano tuvo como eje rector al nearshoring. La estrategia de relocalización de empresas, en su mayoría estadounidenses, derivada de la guerra comercial entre China y EU, ha situado a nuestro país en una coyuntura económica inmejorable. En un año que cierra con saldos positivos para la economía de nuestro país, los esfuerzos del sector público y privado para no dejar ir el tren de la relocalización han sido notorios.
Claro está que tenemos enfrente una serie de desafíos importantes y el imperativo de no repetir las omisiones del pasado (sobre todo a la luz de los cuestionamientos a los fallos del TLCAN ahora T-MEC). ¿Estará México a la altura esta vez? ¿Aprovecharemos esta oportunidad histórica para reducir las enormes desigualdades que nos separan desde hace décadas? Esta será sin duda una de las pruebas de fuego definitorias del México contemporáneo.
Vientos de cambio en América Latina
La agitada vida política de la región en el último año tiene muchas aristas para interpretarla y analizarla y en aras de priorizar aquellos sucesos que considero son sintomáticos de nuestro tiempo, me limitaré a rescatar aquí dos casos reveladores del ánimo social y político de la actualidad: el regreso de Lula da Silva en Brasil y el triunfo de Javier Milei en Argentina. Ambos políticos se ubican en las antípodas de los respectivos espectros ideológicos con los que dicen identificarse.
El caso de Brasil concretó una oleada de triunfos de la izquierda en América Latina después de la desastrosa gestión de Jair Bolsonaro, pero el regreso de Lula no ha sido precisamente un picnic y durante la campaña y una vez que asumió el cargo, tuvo que enfrentarse con una sociedad muy dividida y con actos de violencia y sedición que emulaban al asalto al Capitolio en Estados Unidos en enero de 2021. Bolsonaro, un extremista de derecha aún no tira la toalla y no es poco el apoyo y simpatía que sigue generando en un sector del electorado brasileño que no ve con buenos ojos al presidente que puso a Brasil a girar en la órbita de las grandes potencias hace más de una década.
Por su parte, el vecino sureño de la primera potencia económica de Latinoamérica tomó una decisión desesperada en sus últimas elecciones presidenciales y ha decidido autoinfligirse una terapia de shock ante el callejón sin salida en el que está metida su economía, que cierra el 2023 con una inflación anual del %160, hasta el momento en el que escribo estas líneas.
Javier Milei, el libertario que encendió las redes y animó a los más jóvenes con un discurso estridente, construyó en poco menos de un año una candidatura performática y antiestablishment cuyo discurso prometía acabar con la “casta” (la clase política tradicional) y ponerle fin de una vez por todas al calvario económico que los argentinos padecen desde hace décadas.
En sus actos de campaña, el ahora presidente salía al templete cual rockstar del Detroit de los 80 sosteniendo una motosierra como metáfora de la tabula rasa que significaría su gobierno. La afilada navaja de esa metáfora ya está empezando a cortar cabezas, pero los retos que Milei tiene ante sí lo han obligado a moderarse e incluso a trabajar de la mano con esa “casta” que tanto vilipendió. Sobra decir que muchas de sus propuestas más controvertidas se antojan poco probables dada la crisis, todavía peor, que le espera a este país sudamericano.
La llegada de Milei a la Casa Rosada fue recibida con júbilo por la ultraderecha europea, que desde hace tiempo ha estado estrechando lazos con sus colegas americanos. Y esto no tiene nada de extraordinario, sin embargo, para muchos sectores progresistas la llegada al poder de políticos abiertamente antiderechos supone un retroceso en la conquista de libertades individuales para grupos sociales históricamente marginados.
Y justo en este combate de posturas ideológicas, muchas veces radical, es en donde está el pulso de la discusión política de nuestro tiempo.
El conflicto Israel vs Hamás
El último evento del 2023 que quiero abordar brevemente es sin duda el conflicto entre Israel y Hamás y las consecuencias que está teniendo más allá del territorio en el que se desarrollan las hostilidades. La contraofensiva de Israel, apoyada por gran parte de la comunidad internacional ha rebasado límites y con ello Israel empieza a quedarse solo. A esto tenemos que agregar el aumento de las expresiones de odio en contra de la comunidad judía en diferentes partes del mundo.
Actualmente Israel es gobernado por un grupo de extremistas de derecha, y bueno, ya sabemos que los enemigos de este país no son precisamente moderados, lo que vuelve más complicada la posibilidad de una solución pacífica a esta disputa.
Salvo el caso de México, que si bien también padece de los estragos de la polarización política aunque no en los niveles de otras regiones del mundo, los ejemplos de hitos de este 2023 son una invitación a que reflexionemos sobre la importancia que tiene para la salud de cualquier democracia la posibilidad de que opiniones opuestas convivan y dialoguen. Y es importante también para la salud de la convivencia social poder encontrarnos en la diferencia.
La historia nos ha enseñado una y otra vez que cuando perdemos la capacidad de entendernos entre nosotros y de ser más empáticos con la realidad del otro, es ahí cuando brotan nuestros peores instintos, no cedamos ante ellos. Desde que tengo memoria vengo escuchando sobre lo mal que va el mundo y también desde que tengo memoria sé con certeza que no todo está perdido y que aun en los momentos más difíciles, lo bueno que hay en nosotros brota y hace la diferencia. Si no fuera así, creo que ya no estaríamos aquí.
Me despido por unos días y de todo corazón les deseo un excelente cierre de año en compañía de sus seres queridos y los mejores deseos para el 2024 que, si me permiten decirlo, será intenso en todos los sentidos. ¡Felices Fiestas!