Política

Se me Ovidio otra vez que ya habíamos terminado

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La terrible tragedia de la familia LeBarón, que lleva a cuestas una especie de maldición, desató, como era previsible, furiosas reacciones. De inmediato la derechairiza reaccionó como si Amlove hubiera masacrado personalmente a las criaturas, mientras los chairos señalaban hacia los gobiernos de Javier Corral en Chihuahua y Claudia Pavlovich en Sonora, que se limitaban desde su prianismo a ponerse como ñores viendo la portada del Alarma!

Al que le llovió fue a Gael García Bernal, que tiene poco timing para estas cosas; se quiere congraciar y lo linchan, quiere ser solidario y lo linchan, quiere criticar al gobierno y lo linchan hasta los que critican linchando al gobierno. Y no es que esté mal al exigir que haya justicia y los culpables, sin duda bestias inhumanas, abismo de porquería y maldad, sean remitidos a una sucursal del averno, por supuesto; a lo mejor lo que molesta es el tonito, eso de “¿Para qué chingados votamos por ustedes?”. Parece que se lo escribieron Los Chuchos.

Eso sí, la parte humana vino de Jelipillo Calderón, que se mostró horrorizado por tan tremenda historia de violencia e impunidad, seguramente mientras evocaba cómo apoyó a los LeBarón para impedir el asesinato de Benjamín, con la misma puntualidad con la que estuvo cerca con las víctimas de Salvarcar, Tijuana, el Tec de Monterrey y la Guardería ABC.

Y cuando uno esperaba una voz sensata en medio de este berenjenal de acusaciones y hashtags sacados de un delirio de fentanilo, aparece Donald Trum con muy humanista ofrecimiento de venir con sus marines a acabar con el crimen organizado de la misma manera con la que ha terminado con el enemigo en Afganistán, al ritmo de “Se me Ovidio otra vez que ya habíamos terminado”. Digo, con que impida la venta de armas a los criminales mexicanos y combata a sus propias mafias, basta y sobra.

Como quiera que sea, uno puede sentir empatía y solidaridad con esos hombres y mujeres, pero más con los niños de los LeBarón, que se asentaron en México de principios del siglo XX y que no han hecho más que defender su derecho al vivir de su trabajo, rechazando el acoso de criminales y maleantes que buscaban arrebatarles el producto de tanto esfuerzo. La Cuarta Transformeichon no puede fingir demencia en este ni en ningún otro caso, aquí urge marcar la diferencia con ese pasado sangriento.

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@jairocalixto

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Jairo Calixto Albarrán
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  • Periodista producto de un extraño experimento cultural-social-educativo marxista, rockero, populachero, libresco y televisionudo / Escribe de lunes a viernes su columna "Política cero"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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