¿Qué dirá el santo Peje, que vive en la Roma, que le están agandallando ya su viejo axioma? Justo cuando comenzaba a enarbolar su denodada lucha contra el despilfarro gubernamental y a instaurar un proyecto para establecer la austeridad republicana como un mandamiento divino, el licenciado Peña, que al parecer quiere hacer como Jelipillo Calderón y quiso rebasar por la izquierda, anunció recortes presupuestales como de película de asesinos seriales. Esto se ha tomado con recelo por la oposición, que imaginó que no están en la naturaleza priista esas jaladas de amarrarse el cinturón y ahora hasta Chucho Zambrano, quien está acostumbrado a vivir del presupuesto para no vivir en el horror, está condenado junto con el resto de los diputeibols a lidiar con esos malévolos conceptos de la frugalidad política, ahora tan de moda.
Así, de la misma manera en que en la patria ya todos son expertos en fuegos y costumbres, ahora resulta que toda la real poltik anuncia urbi et orbi que renunciará a tal o cual prebenda, lo mismo a coches y celulares que a seguros médicos y guaruras o asesores. Todo en una extraña y admirable competencia para ver quién es el más austero entre los austeros, quién sería el más pintado para sobrevivir a una guerra nuclear o a un apocalipsis zombi comiendo solo cucarachas.
Pero AMLOVE no debe preocuparse, pues la clase política no está hecha para el ascetismo. A ver cuánto aguantan, pues la mayoría de nuestros políticos está muy malcriada, mimada hasta la ignominia, muy aburguesadota. Como los hemos tratado cual hijos únicos con mentalidad de mirreyes, lobukis y papaloys, y por lo tanto ni pelar unos chiles saben hacer, seguramente muy pronto los veremos en el rincón de una cantina exigiendo su tequila y pidiendo su canción mientras esperan que les devuelvan lo que era suyo, pero dejaron ir nada más por andar de hocicones.
Además, ¿qué chiste tendría ser diputeibol si vas a vivir como cualquiera de los 15 mil burócratas que saldrán damnificados por el recorte presupuestal que parece tijereteado por unos niños lobo en un kínder, según dijo Videgaray no afectaría el empleo.
Bueno, mientras no afecte ni el empleo ni los salarios de los altísimos funcionarios, ya estamos del otro lado.
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