Chiflano Aureoles la volvió a hacer. A pesar de su naturaleza gris Oxford, ha conseguido atraer hacia su insólita persona cámaras y micrófonos al apersonarse a las afueras de Palacio Nacional en espera de una audiencia con López Obrador para, supuestamente, mostrarle una carpeta donde obran las pruebas de que Morena es un narcopartido. Lo malo es que esa carpeta, para traer documentos fundamentales que exponen canalladas y excesos en asuntos tan delicados, más bien parecía una vieja Trapper Keeper muy manoseada (esas carpetas escolares tan de moda en los años 80 que vomitaban hojas sueltas, dibujos chuecos, tablas arrugadas y chismógrafos para toda ocasión); digo, por lo menos hubiera traído uno de esos portafolios de piel con una cadena asegurada a su muñeca. O sea, no puede ser que seas un góber petocho, bien calzado con un traje a la medida y aspecto de “yo soy aquel” y no resguardes tu información top secret en un maletín más o menos digno que haga juego con tus bonitos calcetines de colores.
¡Pobrecito, hasta se había bañado! Ahí todo tierno sin que nadie le ofreciera una mañanita o un sarape de Saltillo para paliar los helados chiflones de la madrugada. Lo bueno que un alma caritativa le llevó un banquito para que no estuviera parado esperando audiencia, como los michoacanos que le piden la resolución de mil y un problemas y nomás no los pela.
No sé ustedes, pero creo que Aureoles Zacatito pa´l Conejo se equivocó de ventanilla; él tendría que haber ido a la OEA a denunciar virilmente al régimen del Sátrapa de Macuspana como había prometido, y no montar su puesto de chucherías a un costado del Zócalo. Lo único que le faltó fue hacer su tradicional numerito de empujar personas a pechazo limpio. Pero dada la cantidad de burlas y memes que generó, seguro va a empezar a mandar mensajes amenazadores y manchados por el Whats.
Don Chiflano Aureoles, dada su vocación para el show de dudosa categoría tendría que correr a Brozo, el Trujillo Tenebroso, de Latinus, y armar su propio espectáculo cómico-mágico-musical. No puede ser que un talento como el suyo se desperdicie solo desgobernando Michoacán. Quizá para darle credibilidad a sus montajes (y no solo como un plan para salvar el pellejo ahora que lo van a acusar de desfalco), podría mandar a sus reporteros de Latinus a investigar al Cártel farmacéutico y a los políticos priistas que especulan con medicamentos oncológicos.
¡Tú puedes, Chiflano!
@jairocalixto