La ministra Norma Piña, un bastión de solidaridad, desprendimiento y empatía, debe estar muy contenta de que Lenia Batres haya llegado a la tremenda Corte. Seguro que, junto con Laynez Potisek y Luis María Aguilar, justicieros, morigerados y open mind, ya deben estar preparando las fiestas para darle la más cordial bienvenida a su nueva compañera, que viene de una familia con una profunda tradición de izquierda, de luchas combativas y conciencia social que los debe tener entusiasmados.
Tan entusiasmados como la gente buena, santa y pura del sector opositors que, tan serenos como Javier Milei, alegan que la nueva magistrada es una comunista comeniños y que la designación es una derrota de las negociaciones legislativas. Por supuesto, toda la razón, cómo es posible que por primera vez en México, el Presidente haya tenido que nombrar a una ministra, porque a la valiente fanaticada del PRIANChu no le gustaron las ternas del Ejecutivo, pues representaban a la dictadura macuspánica. Bien por la oposición nada cavernicolita, que bloqueó las propuestas del sátrapa para que hoy pueda quejarse amargamente de que AMLO ungió a una revoltosa guerrillera llamada Lenia, en honor de un siniestro bolchevique.
¡Cómo se atreve López Obrador a nombrar a alguien que no sea como Kinky Téllez, Gómezpunk, el subjefe Diego o Pedro Ferriz! O por lo menos alguien tan moral como el ex magistrado José Ramón Cossío, camarada de oligarcas y privilegiados, que casi no se vio zalamero al felicitar a la señora Piña, en su primer informe donde, qué raro, no dijo nada sobre sobre cómo iba apoyar la tremenda Corte a los acapulqueños.
Si la Cuatroté tenía una verdadera voluntad política, hubiera aceptado la propuesta de la gente bonita y proba del PRIANChu, en el sentido de que dejaran en libertad a otro de los supuestos subgerentes del Cártel Inmobiliario del PAN, Christian Von Roehrich; además de otro admirable ser humano relacionado con la trata de blancas en la sede del PRI de la CdMx, Catémoc Gutiérrez de la Torre, a cambio de la ratificación de la fiscal Ernestina Godoy. Una cosa justa y necesaria para soltar a estos personajes a los que cualquiera les dejaría a su buen resguardo las llaves de su coche, el pin de las tarjetas y las claves del Twitter y del OnlyFans.
Si de veras los morenacos quieren esa ratificación, que liberen a García Luna Productions y declaren al Cártel Inmobiliario que dicen encabeza Taboada, pueblo mágico ambulante.