Pues que les sale el tiro por la culata. Mientras los rabiositos del sector opositors se concentraban en el linchamiento de la ministra Yasmín Esquivel trepados en el tren del mame del plagio de la tesis, al final tuvieron que abrirle el paso a la ministra Norma Lucía Piña Hernández que, al final, es más liberal de lo que hubieran querido. Sobre todo en temas como los derechos de la mujer que las fakeministas derechosas solamente defienden de dientes para afuera el 8 de marzo para sacarse selfis sintiéndose como las hermanas Mirabal, mientras que el resto del año demuestren su fe en Margaret Thatcher (notable amiga de Pinochet y guía espiritual de la señora Téllez). Ahí a manera de ejemplo tenemos a Margarita Zavala rindiéndole culto de manera desmedida al Papa emérito Ratzinger que se hiciera como tío Lolo con los contubernios entre el Padrote Maciel y Juan Pablo II.
Algo que puede ser comparado con el expresichente Jelipillo Calderón que para criticar a los defraudadores electorales –mientras se muerde la lengua-- cita una sesudísima reflexión de Luis Carlos Ugalde, como si no supiera que citar al ex consejero presidente del IFE está considerado prácticamente como un fraude electoral.
Como quiera que sea, yo sí quisiera mandarle todos mis respetos y solidaridad para Claudio XXX González y sus amiguis de la Coparmex porque se malogró su campeón para presidir la Tremenda Corte, el millonarísimo Ortiz Mena, gran defensor de los plutócratas que no quieren pagar impuestos y que estaba destinado a apoyarlos en esa noble causa, no se vale. Tantos esfuerzos empeñados en esa aspiración (cómo estará la cosa que mi Claudio se tuvo que comprar al PRI, al PAN y a lo que queda del PRD para ayudarse) no se vieron debidamente cristalizados, caray.
La nueva ministra que presidirá la Tremenda Corte tiene en su haber decisiones que debieron aplaudir los Paleros de Alazraki y la fanaticada cursi de Latinus, como esa de mantenerle el fuero a Cabeza de Vaca cual si fuera un niño desvalido siendo un auténtico decadente satrapita, pero tiene la oportunidad de resarcirse tomando decisiones para que los machos heteropatriarcales se pongan a parir chayotes, pero también para que los nostálgicos de la Dictadura perfecta sientan peligros en el callejón. Eso sí, la ministra Piña Hernández debe tener cuidado, el caza fantasmas, Guillermo Cheridam, ya debe estar inspeccionando sus trabajos en el kindergarden.
Jairo Calixto Albarrán
