Julian Assange me zurra. Fundamentalmente porque gracias a su mala idea de filtrar los correos de Hillary Clinton, justo unos días antes de las elecciones, le dio el empujón final para que Donald Trump, ese satrapita, ganara las elecciones e impusiera su lógica retardataria, reaccionaria, cínica y valemadrista en el mundo mundial.
Bueno, Estados Unidos va tan en retroceso que hasta tiene una epidemia de sarampión, lo que devuelve a los gringos a la Edad Media, en espera de que en cualquier momento imperen los atavismos oscurantistas y la peste bubónica.
Sin embargo, el apañón que le aplicaron gracias a que el gobierno ecuatoriano le retiró los amparos diplomáticos, así a la malagueña, dejaron en claro que el presidente Lenín, es un auténtico lenón.
Yo digo que todos los medios que se beneficiaron de las filtraciones de Assange y ganaron premios y primeras planas, likes y tráfico en sus redes —mismas que encueraron al gobierno yanqui como el control freak y el stalker más pasado de lanza del mundo— deberían de hacer una coperacha para que este personajazo tenga una buena defensa que al menos impida que no me lo vaya a fusilar en el monte Rushmore una pandilla de whitetrash, hillbillys y rednecks. No se vale que las plataformas por donde circularon todos estos datos malignos que hacían ver a Estados Unidos como la Estrella de la Muerte, ahora se limiten a publicar frías notas sobre la detención del jefazo de WikiLeaks, abandonen a su suerte al hombre y se hagan como que la virgen les habla.
¿No que hay que defender a las fuentes por principio? Bueno, el apañón fue tan gacho y dejó tan mal parado el gobierno ecuatoriano que hizo lo que ni el Grupo de Lima pudo hacer, que Pamela Anderson, la mil veces conejita de Playboy y ex guardiana de la bahía, arremetiera como no hicieron los medios contra Ecuador y Gran Bretaña, a los que calificó como “perras de Estados Unidos” y casi le dijo a Trump hasta de qué se iba a morir por gacho, cerrando su tuit flamígero con un “la verdad prevalecerá”.
Afortunadamente el gato de Julian, mejor conocido como El gato de la embajada, escapó al operativo justo a tiempo, si no capaz que Theresa May en este mismo momento lo estaría torturando con brexit whiskas.
Aunque hay quien dice que fue el minino el que delató a su amo.
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@jairocalixto