Entusiasma que, a través de un notabilísimo político de la talla moral y emocional como Acosta Guadajo (ahora llora, pero es uno de los Chuchos que acabó con el PRD), se hable de la posibilidad de que la Marea Rosa se convierta en un partido político. Algo natural si pensamos que de por sí esta organización que, la veldá, no era ni espontánea ni ciudadana, sino que dependía de la estructura y recursos del PRIANChu para su operación. Y digo que entusiasma este anuncio porque después de la estrepitosa derrota en las urnas, existe la necesidad de que la oposición derechosa se reagrupe para acabar con la dictadura macuspánica.
Y entusiasma todavía más que los líderes de esta reinvención del sector opositors, contemplen los liderazgos de Xóchitl Gálvez, Claudio XXX, Max Cortázar, Santiago PRIL, Alititito Moreno, Markititito Cortés y Zambranititito, pues la mejor manera de obtener un resultado distinto es hacer siempre lo mismo.
O sea, cualquiera hubiera pensado que para reconstruir a la derecha se necesitarían nuevas perspectivas, personajes frescos y refrescantes, y echar a patadas a toda la bola de inútiles que desde los medios y la intelectualidá se fueron volviendo irrelevantes, estorbosos y acabaron dando grima. Más sin en cambio, todo indica que por congruencia y tradición, la idea es que con el fin de que esta Marea Rosa no sea ni sosa ni zonza, se mantenga el anticomunismo primitivo, la misoginia, el clasismo, la intolerancia reguetonera y hueca con personajes como Krauze, Dresser, Aristegui, Cascabel Hernández, Alazraki, Pagés, el #SacoDePus, Sarmiento, Rivapayaso, Adela Micha, Georgie Go negative Castañeda, Kinky Téllez y varios más. Todo bajo la lógica Juangabrielesca: en el mismo lugar y con la misma gente, para que no haya nada extraño y todo sea como ayer y nunca más dejarse.
Así, al ritmo de “más vale malos por conocidos que buenos por conocer”, no veremos nuevos proveedores de bots, se mantendrán a Loret y Brozo, el Trujillo tenebroso como punta de lanza de las fake news, junto con Vicente Vox y el expresichente CaldeRón, cómo no. La encuestadora oficial seguirá siendo Massive Caller. Y la ministra Piña, siempre a su lado.
La única novedad que no es novedad porque ya están ahí desde endenantes, es que Jorge Romero, el CEO del cártel inmobiliario del PAN, anuncia que la derecha se irá cargando hacia la ultraderecha. En una de esas los lidera ese santo nada laico, Verástegui, vestido de Gorostieta. No se rían.
