Involucrados en sentimiento libertario, Krauze&Chumel, ambos influencers de la vida y del amortz, unen fuerzas para salvar a México del comunismo sovietizante, cubanoide y venezolanizado, en una lucha incansable por defender la democracia, a la Coparmex y al PRIANChu como dictan las sagradas escrituras de los Chicago boys y la OEA.
Justo cuando esa raza ignota de los influencers está tan cuestionada (al partido que regentea el marido de Anahí lo multan por contratar a influencers que influyen muy poquito, pero al partido que padrotea Dante Delgado no lo multan por poner a influencers a trabajar de candidatos sino porque la esposa influencer de su candidato influencer se puso a influenciar a sus seguidores para que su esposo pudiera tener suficientes influencias en Nuevo León como para ejercer el verdadero influyentismo), Chumel&Krauze que se parecen tanto entre sí que no pueden engañarnos, se levantan en contra de la Dictadura plebiscitaria que tiene la osadía de consultar a los ciudadanos y, peor aún, tomar en cuenta su opinión. Es tan terrible la Dictadura macuspánica que, en sus delirios, desprecia a grandes de la onda dictatorial como Pinochet, Mussolini, Hitler, Stroessner, Papa y BabyDoc, Idi Amín Dada, Mobutu Sese Seko, Videla y varios más, obligándonos a afirmar con tristeza que “Ya no hacen a los dictaduras como antes”.
Coucheados ideológicamente por Brozo, el Trujillo tenebroso, que se siente hecho a mano por Claudio XXX González y vive más allá de la terapia, Krauze&ChumelCorporeichon ostenta la humanitaria misión de acabar con las dictaduras de izquierda porque las de ultraderecha sí son chidas, bellas velludas velluditas y glamorosas.
Una noble aspiración viniendo de don Kike Krauze, nostálgico de la Dictadura perfecta (¿y quién no extraña los 2 de octubre, la guerra sucia, las estafas maestras, los horrores decembrinos, las deudas en udis, las crisis sexenales, el Ipabe, las verdades histriónicas, las estafas maestras y así?); igual que Chumel que, a pesar de no saber cuál la izquierda y cual la derecha, y sin saber diferenciar entre la Comuna de París y la Comisión Nacional del Agua, se ufana de ser un acérrimo crítico de la dictadura del proletariado aunque no sepa qué demonios es el proletariado ni qué tan dura es una dictadura.
Si ambos personajes están contra la consulta para enjuiciar a los expresichentes, es que algo bueno debe tener la consulta, amiguis.
Jairo Calixto Albarrán
@jairocalixto