Me tranquiliza sobremanera que Ken Salazar haya finalmente respetado la vieja tradición injerencista de los embajadores yanquis en México y en cualquier otro lugar del mundo, para ponerse a bailar al ritmo de “Quítate la máscara, ven a bailar”. Como bien sabemos, si USA tuviera una embajada en USA ya hubiera organizado al menos unos cuantos golpes de Estado. Digo, ya se me hacía muy sospechoso que el embajador gringo no hubiera buscado la manera de meterse en la política interior del país y que ya cansado de tanto fingir, mejor se puso a hacer lo que suele hacer la gente de oficio: meterse en los asuntos de un país soberano.
Lo mejor es que estas acciones solían ser a escondidas como las cenas de la ministra Piña, pero ahora el buen Ken, con su sombrero del Llanero Solitario, salió del closet de la diplomacia progre buenaondita y exhibió sus verdaderos empeños injerencistas y emitió, a nombre de Estados Unidos y sus intereses (que no suelen ser los más humanistas que digamos), sus desacuerdos con el Plan C y la reforma al Poder Judicial. Hasta pensé que Kenny se iba ir también a la huelga. Por supuesto, los argumentos de Salazar son los mismos de los jueces y magistrados que, para demostrar sus grandes aportaciones a la justicia, liberaron a maleantes como el góber precioso, absolvieron a pedófilos y feminicidas, protegieron a magnates que no quieren pagar impuestos y cuajaron de amparos a políticos a los que no les prestarían las llaves de sus casas.
Y no está mal; Salazar hizo lo que hicieron sus antecesores de manera siniestra y en lo oscurito, pero ahora de manera abierta y luminosa, aunque por supuesto al servicio de los intereses más retorcidos del Tío Sam. Eso sí, no deja de ser curioso que el embajador esté en contra de la elección democrática de jueces y magistrados cuando en EU es una práctica común, sin olvidar que para alcanzar el puesto de fiscal de Colorado tuvo que pasar por un proceso electoral. No se sabe si el texto lo escribió Kinky Téllez o el sub Marcos, pues a Kenny solo le falto decir que ¡¡¡México se va a convertir en Venezuela!!!
A pesar de lo que representa mi Ken, en materia de injerencismo, de la peor ralea, es mejor personita que la dotora Dresser que, al despedirse como analista en Televisa, mandó un mensaje muy conmovedor: quien la sustituya debe ser a su imagen y semejanza, o de lo contrario sería una demostración de que la Dictadura macuspánica está convirtiéndolo todo en un algoritmo comunista.