En una mesa de debate —cualquiera cosa que eso signifique cuando se reúnen personas que piensan igual— estaban Adela Micha, Juan Ignacio Zavala (hermano de Margarita y cuñado de YSQ), Gil Zuarth (conocido panista que desde niño quería ser como Calderón y que terminó siendo asesor de Cabeza de Buey, lo cual aniquila cualquier CV) y algunos otros personajes, se quejaban amargamente de que Edmundo Jacobo los hubiera dejado como novia de pueblo. Una drama humano porque se sentían traicionados luego de marchas, defendiendo la cursi etiqueta del #INEnoSeToca, para que su héroe les saliera con su batea de babas. Bueno, un lloradero cuando, la verdad, se les dijo, se les dijo que estaban apoyando a un vivalazo que, si se había amparado junto con los otros tatankas para defender su nada humilde peculio y había hecho toda clases chicanadas para hacer malabares con la democracia, no iba a dudar en dejar colgada de la brocha a la nación fifí que lo amparaba como tótem y tabú.
Así igualito se van a poner toda la bola de gorrones y pedigüeños como Chiflano Aureoles y el propio Lorenzo Córdova que fueron de quejumbres borrascosas a la OEA, y también se llamarán engañados, después de que Luis Almagro sea investigado por el Congreso estadounidense. Pobrecitos, los van a balconear pior que Shakira a Piqué, por la manera lastimera con la que le pedían asesoría al viejo rabo verde (conocido por el lillytellazo que le aplicó al gran Pepe Mújica) para armar golpes blandos contra la Cuatroté.
Me canso ganso que estas lindas personitas como Alititito Moreno y Markititito Cortés, por supuesto el Tatankita Córdova, van a negar a Almagro más que Calderón a su compadrito García Luna Productions. Calderón y su mini Jelipillo que ahora en su calidad de mirrey calderonícola anda muy activo criticando la compra de Iberdrola por parte del gobierno, alegando que es pura chatarra. Se me hace mala onda que la criatura ande mal hablando de una empresa en la que su progenitor ha sido varias veces empleado del mes, no se vale.
Además, el año pasado ahí andaba con Alitititito Moreno defendiendo a Iberdrola con el mismo ímpetu con el que defendía al INE, y ahora hasta la menosprecia. Así son los mirreyes de malagradecidos. Ha de ser como Alejandra Del Moral, la candidata priista del Edomex, que en un acto de campaña demostró que no sabe ni cuánto cuesta el transporte público. Es el síndrome de Ricardo Anaya, que quería presidir un país que no conocía.
