Atípicas balaceras en Playa del Carmen y Cancún, geografías ignotas e impolutas y en calma, según las autoridades, que parecen no entender que no hay peor ciego que el que no quiere ver cómo se están kafkapulquizando; un chico que a la usanza yanqui entra a su escuela a descargar su arma para luego pegarse un tiro, desatando filtraciones y memes verdaderamente enfermos; el regreso sin gloria del Chueco a México, que exige el mismo trato que se le da a la maestra Gordillo, como si hasta entre sátrapas no hubiera clases; Betito Borge, que se pasea impunemente en Miami cual si fuera #LadyNoMeAlcanza; Javidú Duarte, que cada día demuestra que junto a él, el Padrote Maciel es un triste pagliacci que en medio de la nochi… Por esas y otras cosas más (dos camaradas del licenciado Peña, David López y Alfredo del Mazo, que insinúan en filtración telefónica misteriosa que no tiene sensibilidad para entender el mal humor social, cosa que, por supuesto, no explica por qué 86 por ciento de mexicanos malagradecidos reprueban su mandato) no podía ser más lógica la erupción del volcán de Colima cual si fuera el Krakatoa al este de Java.
Ya nada más falta que en vez de que nos llueva café en el campo, nos caiga una lluvia de sangre y sapos, cosa que es muy probable que suceda, aunque por ahora nos llueven declaraciones como la del vocero del Grupo de Coordinación de Seguridad de Nuevo León, el señor Fasci, que en un acto poco menos que producto de la falta de ácido fólico explica la tragedia en el Colegio Americano de Monterrey con un “todo es culpa de internet”, de la misma manera que algunas mentes de ese mismo calado, por enésima vez señalan con índice acusador a los videojuegos (nada más de imaginar los millones y millones de gamers que están a punto de convertirse en asesinos seriales me da el telele).
Sí, claro, señor Aldo Fasci; si internet es culpable de este terrible hecho, entonces ¿quién será el responsable de la folclórica y valemadrista avaricia de Javidú, Betito Borge, Moreira y el Padrote Padrés (además de los ex góbers michoacanos Reyna, Jara y Vallejo —el Gollum de Morelia— que han sido señalados por carrancearse algunos millones del erario)? ¿Acaso la telenovela El premio mayor, que llevó a tantos y tantos a querer ser como Güicho Domínguez?
No pos sí, cada quien su verdad histórica pero histriónica.
Digo, no quiero achacar este escenario dantesco al gasolinazo ni al pequeño empujón que le dio Videgaray a Donald Trump, pero, al parecer, el volcán de Colima está muy estresado por ello. Y lo estará más ahora que el acamaronado personaje sea una ungido presidente y supere en sus delirios autoritarios, autocomplacientes, ultraconservadores e iracundos a Nixon, Ford, los Bush y Ronald Reagan juntos.
No es por dárselas a desear, pero el trumpismo hará ver al macartismo como la versión más fresa del nihilismo.